domingo, 31 de julio de 2011

Capitán América (Captain América) USA, 2011

La nueva versión entretiene y baja línea
Parece mentira que yo diga esto pero; a pesar de las dos horas de soportar lo noble que es el espíritu yanqui, los colores de la bandera por todos lados, el Tío Sam y demás folletos, debo admitir que para el Capitán América, esta era la mejor opción de adaptación.
También es verdad que nada podía ser tan malo como la versión de 1990. Ese engendro espantoso y una de las peores películas de la historia dirigida por Albert Pyun

El Capitán América vio la luz en 1941 casi como una excusa para realizar propaganda anti-nazi y bajar línea para enlistarse en el ejército. Ya desde el primer número se lo ve en la tapa dándole una piña a Hitler, imagínese el resto. Claro, cuando terminó la guerra, el héroe ya no era tan funcional y tuvo que esperar un tiempo hasta que Marvel le comprara el pase a sus filas.

Básicamente la película respeta la idea original de Jack Kirby y Joe Simon. Steve Rogers (Chris Evans) es un alfeñique bastante torpe (en realidad no hacen a Chris Evans mas chico sino que es un actor llamado Leander Deeny de asombroso parecido de cara). El jóven está lleno de patologías y algo ingenuo; pero de valóres sólidos, un buen tipo bah!. Ah! Y no es cobarde. Sin embargo con esto no alcanza para enlistarse en el ejército. Ahí parece que lo de buen tipo no cuenta a la hora del reclutamiento aunque a él no le importa. No. El quiere zarpar a Hitlerlandia para defender la democracia, la vida y el sueño americano. En uno de los intentos es visto por el científico Abraham Erskine (Stanley Tucci) quién sí ve en el las cualidades necesarias para su experimento. Rogers es sometido a un experimento que lo convertirá en un ser atlético. Un súper soldado de alto rendimiento que irá a enfrentarse a Johann Schmidt (Hugo Weaving) quien se sometió al mismo experimento; pero como es mucho más malo que el Führer lo que se potencia en él es la maldad y su plan de destruir al mundo. Así se convierte en Red Skull (Cráneo Rojo). Los malos y los buenos están bien claritos. No hay sorpresas acá. El montaje paralelo irá recorriendo el camino de cada uno haciendo hincapié en la personalidad del héroe que al principio no la pasa muy bien como títere del gobierno para buscar bonos de contribución.   
Este guión bastante sólido de Christopher Markus y Stephen McFeely, así como está, se lo dieron a Joe Johnston. El director de Querida encogí a los niños y Jurassic Park III, eligió una estética claramente emparentada con la historieta, pero su forma de contar la película está más cerca de la aventura clásica. Digamos (salvando los kilómetros de distancia) como Indiana Jones, pero sin humor.

De todos modos, el film está bien hecho aunque da algunas vueltas de mas para llegar al enfrentamiento que todos estamos esperando desde el principio. Mientras tanto se puede disfrutar de los trabajos de Hayley Atwell como la temperamental Peggy Carter, Hugo Weaving (sigue con ese inglés perfecto del Agente Smith de Matrix), o el de Tommy Lee Jones que interpreta de taquito al Coronel Chester Phillips.
Otros rubros destacables son la música de Alan Silvestri o la dirección de arte de John Dexter que siempre ofrece trabajos destacables (como en la saga de Piratas del Caribe).
Si le llegó el rumor, se lo confirmo: al final de los créditos se pueden disfrutar las primeras imágenes de la inminente Los Vengadores que juntará a Thor, Iron Man, Halcón, Capitán América y algunos mas.
Es todo. Pochoclo y propaganda.

Capitán América  
Captain America (USA, 2011)

Dirección: Joe Johnston

Guión: Christopher Markus y Stephen McFeely

Montaje: Robert Dalva y Jeffrey Ford

Fotografía: Shelly Johnson

Música: Alan Silvestri

Efectos Especiales: Levon Shant Demirjian

Diseño de sonido: Jason W. Jennings

Reparto: Chris Evans, Hayley Atwell, Sebastian Stan, Tommy Lee Jones, Hugo Weaving, Dominic Cooper, Richard Armitage, Stanley Tucci, Toby Jones, Neal McDonough y elenco.

Copia Certificada (Copie conforme) Francia/Italia/Bélgica, 2011


Soberbios actuaciones para una gran película
¿Cual es el verdadero valor que tiene una copia comparada con un original? ¿Acaso los girasoles de Picasso no intentan copiar a los reales, por poner un ejemplo? Cual es la diferencia entonces? “Quizás Leonardo decidió por sí mismo la sonrisa de La Gioconda sin que esta lo supiera” le dice James Miller (William Shimell) a “Ella” (Juliette Binoche). Desde este punto vista, Abbas Kiarostami, el director de El sabor de la cereza y Diez aborda su particular visión del arte y la pone en práctica en su última película, Copia certificada.
Mientras escuchamos gente acomodándose en un pequeño auditorio, la cámara se fija en los micrófonos apoyados sobre una mesa de conferencia. Un presentador se acerca y anuncia a la audiencia –que todavía no vemos- la presencia de James Miller para presentar su libro Copia Certificada. Ya desde el comienzo la puesta en escena y el sonido juegan un papel fundamental.
“Ella” entra tarde a la charla y se irá antes de finalizar pero asegurándose de hacer contacto con Miller. Se encuentran e inician un paseo por el sur de Toscana en el cual vamos conociendo la relación. Pero en un giro inesperado, la idea original se transforma copia. La relación entre ellos no es lo que parecía y en este sentido, el fiel comienza a explicar por qué se llama Copia certificada. El discurso de Miller traspasa la dimensión de la película para instalarse en el subtexto. Kiarostami propone un juego en el que el espectador se ve tentado a preguntarse varias veces, cual es la lectura que quiere hacer sobre estas dos personas y cual es el verdadero estado de la relación que los une (o los separa). En realidad este gran director de cine está desarrollando su idea anunciada desde el principio. No sólo por la diversidad de opciones con las que se puede interpretar lo que viven Ella y Miller; sino también con el fuera de campo. Abbas Kiarostami cierra los planos para tener a sus personajes bien cerca del mundo que los rodea y de esta manera “muestra” lo que sucede sin que lo veamos.
Alrededor de la relación entre ambos, van desfilando personajes cuya importancia es fundamental para subrayar los cambios que se van produciendo en ellos. El dueño de un restaurante, una pareja de recién casados con una visión fresca y optimista de la vida por delante, una camarera que confunde el tipo de relación que tienen. Como si la aparición de todos los actores secundarios propusiera una nueva etapa.
Desde ya que llevar la(s) idea de Copia certificada adelante no sería posible sin las brillantes interpretaciones de William Shimell y Juliette Binoche. Los dos hacen de la actuación una verdadera demostración de talento. No es tan común ver trabajos tan sólidos cuando la cámara se cierra así durante tanto tiempo. Ambos actores logran un vínculo tan comprometido, que cuando el director pasa a la “copia” de la idea original, todo sucede con una naturalidad incuestionable. La fotografía de Luca Bigazzi también es fundamental para subrayar los climas y como la película está planteada desde el plano medio al primerísimo primer plano, el maquillaje de Fabienne Robineau también colabora con un excelente y minucioso trabajo.
El de Kiarostami es un cine que brilla.

Copia Certifcada
Copie comforme (Francia/Italia/Bélgica, 2010)

Dirección: Abbas Kiarostami

Guión: Abbas Kiarostami

Montaje: Bahmas Kiarostami

Fotografía: Luca Bigazzi

Maquillaje: Faienne Robineau

Reparto: Juliette Binoche, William Shimell, Jean-Claude Carrière, Agathe Natanson, Gianna Giachetti, Adrian Moore y elenco.

Duración: 106 minutos

Idioma: inglés, francés e italiano

jueves, 28 de julio de 2011

El fin del Potemkin (Argentina, 2011)

El hombre y su circunstancia
Para los amantes del cine, entre los que por supuesto me incluyo, una de las mejores cosas que nos puede pasar es que ningún director nos subestime y a la vez no de nada por entendido.
Misael Bustos puede que haya tomado esta premisa para construir un muy buen documental sobre una noticia que, en principio, pasaría como una más en cualquier noticiero. A los mayores de 35 años (me animo a decir) la mención de una veintena de marineros rusos anclados en un buque pesquero cerca de la costa de Mar del Plata en 1991 suene apenas familiar en algún rincón de la memoria. Detrás de ese hecho, el director encontró una buena historia y sin preguntarse qué interés podía generar, construyó a partir del guión de Leonel D’agostino, uno de los buenos documentales que se estrenaron este año.

Luego de la toma de un hombre de mirada cansina en una dársena del puerto de Mar del Plata, la introducción de El fin del Potemkin se centra en un raconto de imágenes de archivo con los hechos que llevaron a la Unión Soviética a dividirse. Todo a partir del ejercicio del poder de Mijaíl Gorvachov y sus ya famosas Glasnost y Perestroika. Esta apertura política y económica, marcó el fin de la guerra fría para siempre pero tuvo consecuencias inenarrables para una sociedad que aparentemente no estaba preparada para un pase tan abrupto del comunismo al capitalismo.
La coyuntura empujó a hombres como Víktor Yasinskiy a buscar sustento basándose prácticamente en su instinto. Así firma contrato con una empresa pesquera con base en lo que ahora es Letonia para venir a la sucursal en Argentina y ganar algo de dinero para su familia. Lo que Víktor ni nadie se esperaba era partir con pasaporte soviético y encontrarse en plena faena con que su identidad como ciudadano ya no tenía validez. Imagínese la situación de Tom Hanks en La Terminal pero en serio. No en dos horas de película sino por tres o cuatro años hasta que administrativamente se pudiera lograr algo.

El director marplatense logró contactar a Víktor para su película y es él quién nos va contando los avatares de su vida a lo largo de casi 20 años. El tiempo que lleva sin haber podido todavía regresar a su país. Pero Misael Bustos no se conforma con una cámara que lo toma en situación de recorrer los lugares de Argentina por los que estuvo. La producción se trasladó a Bielorrusia, Letonia y Moscú para retratar en imágenes realmente bien filmadas, el rigor de un paisaje frío y adusto que muestra explícitamente la implacabilidad de la ciudad y el campo. El paso de un tiempo y una política que olvidó a su gente. Mientras, acá, el barco mercante Latar en el que vinieron estos hombres, sigue oxidándose en el puerto marplatense.
Una mirada desde afuera, es cierto, pero que conmueve e invita a hacer preguntas mientras se recorre un parte de la historia reciente. Quizás esto explique por qué se llama El fin del Potemkin. En la obra de Sergei Eisenstein, se mostraba a los marineros amotinados protestando por la opresión. Esa película sobre el acorazado, representó durante muchos años uno de los baluartes de la revolución rusa. Hoy, con  políticas opuestas, la visión del director parece indicar, irónicamente, que la situación no cambió en tanto, el guiño ácido de la historia, dice que varios de los marineros del Potemkin terminaron también en Argentina. Para hilar mas fino estará la segunda lectura del contenido (no menor, por cierto) el "fin" en tanto, el propósito del Potemkin, hoy mas fácil de interpretar con el resultado puesto. El fin de un símbolo en definitiva.
No es poco, créame. Sin dudas material de festivales y por qué no, si los vericuetos Hollywoodenses lo permiten, nominable al Oscar en su rubro.
Un documental bien contado.    
El fin del Potemkin
Argentina, 2011

Dirección: Misael Bustos

Productor: Luis Puenzo

Guionista: Leonel D´Agostino

Director de fotografía: Guido Lublinsky & Nicolás Puenzo

Montaje: Fernando Vega & Misael Bustos

Sonido: Manuel Valdivia y Fernando Osinalde

Música original: Guillermo Pesoa

Asistente de dirección: Martín Rodríguez

Duración: 79 minutos, en 35mm, hablada en ruso y español.

lunes, 25 de julio de 2011

La reencarnación de los muertos (Survival of the dead) USA, 2009


Zombis a caballo. La mas flojita de Romero
Desde que George Romero irrumpió en la escena hollywoodense en 1968 con La Noche de los muertos vivientes, se produjeron dos hechos importantes para el cine de terror: Los zombis se reinventaron como criaturas del género y desde el lado de la industria independiente el costo-beneficio de sus películas ha significado un gran negocio. Además, Romero se convirtió en un director de culto casi en forma automática.  
¿Qué llamaba o llama la atención de los zombis como criaturas del género del terror? Estética y conceptualmente representan el fin de la vida, la inteligencia y la putrefacción que provoca la muerte. Son muy desagradables y a la vez lentos. O sea dan miedo, pero el espectador puede sentir que hay buenas posibilidades de escape y en el mejor de los casos, son fáciles de matar. Es como un juego de poder en donde el zombi es tan débil como peligroso. Por eso son muchos. La adrenalina sube cuando a una pistola se le acaban las balas. Se matan 12 o 15 pero hay cientos más. Su lentitud hace que en la forma de matarlos se ponga cierta creatividad y bestialismo.

Aquí es donde La noche de los muertos vivientes mostraba algo más. Hacia el final de la película, la chica lograba pasar la noche, mantenerse viva y ya de día, observaba a un grupo de hombres apilando cadáveres y colgando a otros de un árbol disparándoles a mansalva para "divertirse" un rato hasta el tiro del final en la cabeza. En esa muestra de personas obrando salvajemente y sin sentimientos, Romero subrayaba la posibilidad de pensar que el ser humano es tanto o más monstruoso que cualquier criatura, incluyendo un zombi.

Años después, George Romero totalizó dos trilogías con esta temática, además de haber creado una suerte de sub-género en sí mismo de donde han surgido varios de los popes del terror contemporáneo. Hasta los '90, el director recorrió con su cine un "día" completo. Después de La noche de los muertos vivientes vino El amanecer de los muertos (1978). Aquí centraba todo en un grupo de personas que huyendo de los zombis, se refugian en un Shopping. Romero mostraba un lugar de locales con ropa de moda y comida chatarra al que la gente va a encerrarse o escaparse. En 1985 estrenó El día de los muertos. Por primera vez el director planteaba un Estados Unidos invadido por zombis y una pelea interna entre científicos y militares refugiados en un bunker subterráneo. El ser humano recluido a vivir subterráneamente y con conflictos de intereses. Ya no hay un enemigo en común. En una tierra devastada los defectos del hombre se potencian.

Comenzado el presente siglo, George Romero retomó el tema que lo catapultó al primer plano del Cine Clase B. Pero en esta segunda trilogía su observación del mundo post 11 de septiembre se vuelve un poco más aguda en ciertas cuestiones. En La tierra de los muertos (2005) es el planeta entero el que está dominado por las criaturas y la gente ha creado una pared alrededor de las ciudades para evitar que los muertos entren. Hay miedo al invasor, miedo a lo de afuera que amenaza la calidad de vida. Pero también está el miedo interno. La gente se pelea por el liderazgo. Por hacer su propia revolución mientras las criaturas han evolucionado y comienzan a razonar. Algo imposible en otra época. .

Ya voy llegando eh? déme un par de renglones mas.

Llegaría El diario de los muertos (2007). Cuando parecía que ya no había mas nada, Romero se despacha con un nuevo concepto no presente hasta ahora. La obsesión por la fama y notoriedad en la era de la comunicación. Aquí hay un grupo de personas que quieren filmar una película. El proyecto queda de lado para darle lugar a la importancia de "filmar constantemente" a los zombis para subir los videos a Internet. De todas sus películas sobre muertos vivientes, El diario… fue la que mejor utilizó a sus criaturas poniéndolas en un contexto moderno. Aún arriesgando la vida por tener muchas visitas en You tube, la gente iba ya no a cazar zombis; sino imágenes de ellos. Cuanto mas bizarras mejor. El documental (o falso documental) le sirvió a Romero para hacer una lectura sobre la banalidad y la codicia que genera la fama. Así, la comunicación masiva se podía “comer” al hombre.  

George Romero ha podido darle a todo esto una nueva vuelta de tuerca sin dejar las vísceras de lado. Acaso porque para los fanáticos, visualmente la cuestión pasó siempre por descubrir la forma más original, morbosa y pornográfica de matar a un zombi. O sea, si es por eso, hay que darle la derecha: Al segundo zombi de La reencarnación de los muertos (en realidad bien traducida sería: La Supervivencia de los muertos) lo eliminan de un escopetazo que le vuela la cabeza mientras la tapa de los sesos cae sobre lo que queda de mandíbula. La película tiene un gran comienzo de humor ácido. Desde el punto de vista mediático, los zombis ya están aceptados. Viven y caminan entre nosotros. Hay que andar con cuidado pero parece que la humanidad ya ha aceptado su presencia al punto de ver un militar sintonizando en Internet un talk show en el cual una especie de Conan O’Brian dispara chistes como "¿Por qué los Zombis no se comen a los políticos? Por cortesía profesional"
Los Muldoon y los O’reily vivien en una isla de Delaware. Un lugar estancado en el tiemp con el que el director juega al western. Una de ellas quiere exterminar a los zombis y la otra quiere adiestrarlos para que coman otra cosa y ser funcionales (esclavizarlos). Un grupo de militares devenidos en piratas llegarán al lugar para, eventualmente, elegir un bando. El problema es que Romero se olvidó de lo principal: sus criaturas. Los zombis pasan a un segundo y hasta un tercer plano para ocupar casi toda la película en contar como se dirime la cuestión entre las dos familias. En este aspecto resultan fallidas otras elecciones que atentan contra los fanáticos. Yo puedo y necesito hacer concesiones para aceptar el verosímil y seguir la trama, pero si en esto debo aceptar que un zombi sepa andar a caballo mejor que John Wayne, ya la cosa se pone muy cuesta arriba. Estos detalles desdibujan bastante a La reencarnación de los muertos. No es que uno crea que Romero ya no tiene nada para contar, pero en este caso y aún respetando los códigos del género, dio un paso atrás.
 


La reencarnación de los muertos
Survival of the dead (USA, 2009)

Dirección: George A. Romero

Guión: George A. Romero

Montaje: Michael Doherty

Fotografía: Adam Swica

Música: Robert Carli

Dirección de arte: Joshu de Cartier

Efectos Especiales: Mark Ahee

Efectos Visuales: Colin Davies (supervisor)

Reparto: Alan Van Sprang, Kenneth Welsh, Kathleen Munroe, Devon Bostick, Richard Fitzpatrick, Athena Karkanis, Stefano DiMatteo, Joris Jarsky y elenco.

jueves, 21 de julio de 2011

Atrapada (The Ward) USA, 2010


Carpenter. Regreso sin gloria
¿Por qué Maestro? ¿Por Qué?!!! 
Perdón la catarsis, pero me costó ver a John Carpenter arribar a un guión básico, repetido y lejos de su sapiencia para contar historias con poco. Hay suficientes películas parecidas al argumento de Atrapada como para dejar la originalidad de lado; pero esto nunca fue un problema para el viejo maestro.
Cuando  tuvo en sus manos historias futuristas emparentadas con el western, como Fuga de Nueva York, jamás tuvo inconvenientes. En el momento en que abordó remakes (El Enigma de Otro Mundo) o adaptaciones (Christine), también supo impregnarles su estilo. Pero sobre todas las cosas, este viejo maestro siempre tuvo un as en la manga, algún truco en la chistera con el cual nos sorprendía como esas sombras indefinidas de Asalto al precinto 13.
Por eso se siente raro abordar el análisis de Atrapada. Pensar en cierta ingenuidad de su parte sería subestimar a John Carpenter pero luego, ¿cuál sería la alternativa si quisiera descartar un buen cheque al portador por dirigir esta película?

Bueno, no importa eso.

En todo caso me pasa lo siguiente: sé que Atrapada (The Ward) es correcta. Cumple con el género a partir de una realización sólida en todos los rubros aunque el guión de Michael y Shawn Rasmussen tenga pistas que no da lugar a sobresaltos. Para cualquier directorzuelo debutante o asiduo a este género, el film sería un triunfo. Tratándose de John Carpenter es demasiado básico. Si hubiera filmado Atrapada en los ’80, hoy sería un clásico. Acaso sea esa la mejor definición que se me ocurre. El guión de esta película era viejo aún antes de filmarse.

Vemos a Kristen (Amber Heard) corriendo por el bosque luego de haber incendiado una casa. Luego está en un hospital psiquiátrico sin entender mucho por qué está allí. Junto a ella iremos conociendo a otras internas del nosocomio, cada una con algo para ocultar. Especialmente Alice quien sufre el terrible dilema de ser un fantasma de apariencia zombie con el agravante de tener el raro hobby de eliminar a las chicas a medida que Kristen va planificando diversas formas de escape.
Alice también tiene algo que ocultar y como el director se ocupa bastante de mostrar flashbacks del famoso incendio, es inevitable entrar en un juego psicológico para intentar derribar el árbol que impide ver el bosque. Lo que quiero decir, es que difícilmente se pueda ver esta película sin sospechar ue no es muerte todo lo que sangra.
Los climas son viejos pero innegables. Esta atmósfera lúgubre y a la vez sujeta a todas las perspicacias, se logra gracias a la fotografía de Yaron Orbach y a la dirección de arte. No es una simple mención. John Carpenter sigue filmando en 35mm lo cual hace necesarios otros cuidados y factores de los que el cine digital ya casi no se ocupa o se ocupa menos a la hora de estar en el set.

Tampoco va a poder evitar comparar este thriller con un mínimo de seis o siete películas del mismo tenor, tres de las cuales son tan parecidas como recientes.
Como le decía anteriormente, John Carpenter se ocupa de cada personaje con una precisión artesanal, proponiendo un ajedrez en el que cada movimiento dispara de todo menos sorpresas. Tanto el clímax como el desenlace, tienen el sello del director aunque se nota cierta lentitud en el ritmo, en momentos en los que la película pide a gritos un poco mas de velocidad en el montaje.    
Por lo poco que ofrece es que me niego a revelar más de la trama pero todo esto me lleva a reflexionar: Si UD no conoce nada del cine de Carpenter, (ni vio por ejemplo, En compañía del miedo o incluso Sucker Punch), Atrapada va a estar por encima de la media a la que está acostumbrado en el género. Desde acá lo envidiaré sanamente porque si le gusta esta película, ud tiene una hermosa cita con el verdadero gran cine de este artesano.

Atrapada
The Ward (USA, 2010)

Dirección: John Carpenter

Guión: Michael y Shawn Rasmussen

Montaje: Patrick McMahon

Fotografía: Yaron Orbach

Música: Mark Filian

Dirección de arte: Jodi Nichols

Reparto: Amber Heard, Mamie Gummer, Danielle Panabaker, Laura-Leigh, Lyndsy Fonseca, Jared Harris y elenco.

lunes, 18 de julio de 2011

Imperdible retrospectiva de Masahiro Shinoda del 18 al 30 de julio.


Himiko, uno de los films que Shinoda filmó en 1974
Uno de los directores integrantes de la Nuberu Bagu, Masahiro Shinoda, será revisto en una importantísima retrospectiva que abarca 13 de sus 32 películas. Por suerte para los cinéfilos, podremos disfrutar de copias en 16 y 35mm provistas por la fundación Japonesa en tanto ellos junto con el Centro Cultural e Informativo de la embajada japonesa y la Fundación Cinemateca Argentina son los que organizan este evento.
La de los films de Shinoda es la tercera revisión que se hace en el año sobre la nueva ola del cine japonés. A principios de 2011 se hizo con Nagisa Oshima y en Abril el BAFICI hizo lo propio con Kiju Shosida.
La retrospectiva abarca desde su segundo largometraje en 1960 cuando todavía era un joven director para los estudios Shochiku hasta 1986, año a partir del cual, Masahiro Shinoda filmó mas esporádicamente.
A partir de hoy, lunes 18 y hasta el 30 de Julio la oportunidad es única en la sala Leopoldo Lugones en el teatro San Martín. Un verdadero desafío a ampliar los horizontes y conocer a este gran director de cine.

Films, fechas y horarios. (Entrada $12) Sala Leopoldo Lugones. Av. Corrientes 1530

Lunes 18
El lago seco (Kawaita mizuumi; Japón, 1960)
A las 14.30, 18 y 21 horas (89'; 35mm)  

Martes 19
Mi rostro enrojecido al atardecer (Yuhi ni akai ore no kao; Japón, 1961)
A las 14.30, 18 y 21 horas (82’; 35mm.) 

Miércoles 20
Lágrimas en la melena del león (Namida o shishi no tategami ni; Japón, 1962)
A las 14.30, 18 y 21 horas (92'; 35mm)

Jueves 21
Flor pálida (Kawaita hana; Japón, 1964)
A las 14.30, 18 y 21 horas (96’; 35mm)

Viernes 22
Asesinato (Ansatsu; Japón, 1964)
A las 14.30, 17 y 19.30 horas (104’; 35mm)

Sábado 23
El espía samurai (Ibun Sarutobi Sasuke; Japón, 1965)
A las 14.30, 17 y 19.30 horas (102’; 35mm)

Domingo 24
Doble suicidio (Shinjû: Ten no amijima; Japón, 1969)
A las 14.30, 17 y 19.30 horas (104’; 16mm)

Lunes 25
Silencio (Chinmoku; Japón, 1971)
A las 14.30, 18 y 21 horas (129’; 16mm)

Martes 26
Himiko (Japón, 1974)
A las 14.30, 18 y 21 horas (100’; 35mm)

Miércoles 27
La balada de Orin (Hanare goze Orin; Japón, 1977)
A las 14.30, 18 y 21 horas (109’; 16mm)

Jueves 28
El estanque endemoniado (Yasha-ga-ike; Japón, 1979)
A las 14.30, 18 y 21 horas (123’; 16mm)

Viernes 29
Los hijos de MacArthur (Setouchi shonen yakyu dan; Japón, 1984)
A las 14.30, 17 y 19.30 horas (125’; 16mm)

Sábado 30
Gonza, el lancero (Yari no Gonza; Japón, 1986)
A las 14.30, 17 y 19.30 horas (126’; 16mm)

sábado, 16 de julio de 2011

Los Hermanitos del fin del Mundo


¿Cómo se llamaba esa película del Pato Carret? Me la llevaron a ver cuando era chico. Yo no estaba muy convencido pero la vi. Y vi la de Pipo Pescador, Diablito de barrio (la de Lorena Paola y Juan Carlos Calabró), las de Carlitos Balá, etc.  
Los Hermanitos del fin del mundo, me hace acordar a esas películas. Argumentos antiguos que en su mayoría subestimaban la inteligencia de los nenes espectadores presentando un guión con situaciones y personajes muy lejanos a la credibilidad. Todo como excusa para meter cinco o seis numeritos musicales de ritmo obvio y letras insulsas. Así el marketing se imponía al contenido y por eso estas películas nunca dejaron nada. Nunca un mensaje profundo ni nada que se parezca a un compromiso y/o aprovechamiento del paseo al cine para aprender algo. Nunca importó, salvo que me demuestre por ejemplo, que Las Aventuras de Los Parchís es un clásico del cine infantil.

Toma y Muni en la película de turno
“A la gilada dale circo” dice el saber popular y allí estarán los nenes seguidores de Topa en el Disney Junior. Dando el presente para ver una película muy floja, casi carente de valores y de yapa, con horrores de construcción narrativa. De contenido ni hablar, porque con la simple mención de la amistad, el amor, la solidaridad o la fe en uno mismo, no alcanza. De todos modos, no es la única limitación de Julio Midú, el director de la película.   

Veamos: Pato (Topa) trabaja en un orfanato en Tierra del Fuego. No es maestro, ni ordenanza, ni instructor. Es… bueno, no sabemos qué es pero está con los chicos todo el tiempo. También está Pirucha (Muni). De ella se sabe que cocina y que pone voz de pito para recitar cada diálogo. Los chicos del hogar al parecer son huérfanos pero a juzgar por la marca de ropa que visten, no les falta nada. Son como maniquíes vivos de Kevingston, Mimo’s o Hush Puppies.
Dentro de su rutina en el hogar “Los Hermanitos del fin del mundo”, está la de tomar la leche y ver junto a Topa (bueno, Pato) su programa de tele preferido. En este aparece La Pandilla de Sol, un grupo de adolescentes salidos de un casting y convertidos en producto de consumo para cantar canciones que seguramente sonarían mucho en Radio Disney. No obstante la superficialidad del supuesto programa, Topa siente especial admiración por el grupo y sueña con estar un día en ese lugar porque según le cuenta a los huérfanos, “hay que ser valiente para ser como ellos” (¡¿?!)
Ahora que todo es lindo falta el conflicto.
El hogar no puede mantenerse con la fundación que lo subvenciona y debe plata.
Hay que hacer algo para comprarlo antes que lo desalojen. Disfrazada de una especie de Cruella de Vil aparece la villana que para no andar con sutilezas, se llama Malva Dalton (Norma Pons). Desde su auto y con la voz impostada trata a su chofer de imbécil, idiota y otras delicias que se suponen graciosas. Seguramente pegarán en seguida en el público infantil porque el lacayo no hace nada más que asentir ante cada insulto.
Ella siente un especial resentimiento por el hogar en el que estuvo cuando era niña y quiere destruirlo. Pero aparece un empresario (Gabriel Corrado, que vio luz en el set y se metió) diciendo que el también fue huérfano con lo cual a esta altura ya hay mas personajes sin padres que de los otros. Corrado quiere ayudar poniendo el dinero para comprar el orfanato así que en un arrebato de originalidad, el guionista propone un secuestro por parte de la villana de turno.
En la sub-trama tenemos al famoso grupo de gira por allá. Accederán a un recital a beneficio del hogar así que los secuestran también total, el galpón donde está el empresario es grande y  a nadie se le ocurre gritar auxilio.
Luego vendrá el final que se anticipaba casi desde los títulos de manera tal que no espere ninguna sorpresa.
Las canciones de Los Hermanitos del Fin del Mundo tienen el vuelo lírico de un caracol y se presentan en un concierto de errores de continuidad apañados por un director que seguramente habrá usado mil veces la expresión “así zafa” durante todo el rodaje y la post producción de la película. Excepto el trabajo de Norma Pons (que entendió todo), no hay un solo personaje que obre de forma verosímil y en cuanto a la dupla televisiva, el guionista simplemente les cambió los nombres para hacer de ellos mismos. 

Me va a disculpar, pero pretendo ir más allá de la conclusión obvia. No se trata de si los chicos que siguen a Topa y Muni en la TV van a estar contentos; sino frente a qué tipo de entretenimiento los ponemos. Supongo que Hermanitos del fin del mundo cumplirá con lo que los chicos vayan a buscar pero ya que va a llevarlos, analice desde qué lugar está puesta la idea de ser famoso como sueño personal, los vínculos familiares, la relación con la educación y de paso, qué lugar ocupa la comunidad en todo esto.
Hasta luego.

Los Hermanitos del Fin del Mundo
(Argentina, 2011)

Dirección: Julio Midú

Guión: Julio Midú y Fabio Junco

Montaje: Lenadro Zanucchi

Fotografía: Gabriel Perosino

Reparto: Diego Topa, Mariana Seligmann, Norma Pons, Gabriel Corrado, Mimí Ardu, Elizabeth Killian y elenco.

viernes, 15 de julio de 2011

Reinauguró el Village Recoleta


El Village post lifting.
Pasaron un par de años largos desde que cerró, pero finalmente capitales norteamericanos integrados por CVI Global Value Fund y Southern Screen Entertaintment LLC, aceleraron la puesta en marcha del complejo Village Cines en Recoleta.
Se presenta como Recoleta Mall y el emprendimiento es dantesco. Realmente una infraestructura imponente. Todavía se ven las enormes grúas y cientos de obreros trabajando contra reloj para que el barrio reciba la primavera con shopping nuevo y de paso aumente varios dólares el metro cuadrado. Imagínese: combinado con los adoquines que Macri le sacó al casco histórico de Barracas para ponerlos en la calle Junín va a quedar todo re pituco para que los turistas se maravillen con nuestra insistencia de parecernos a Europa.
Un rojo muy moderno. Por cierto, muy bonito
En aquel 1999, en Argentina se podía entrar por primera vez a un complejo de 14 cines estéticamente emparentados con los cines en Estados Unidos. ¿Recuerdan esas alfombras y cortinas pesadas? La primera vez que se encontraron con el candy bar o la barra donde se pedían los baldes de pochoclos que tantas veces vimos en las películas ¿No le pareció estar en Nueva York? Yo estaba en el paraíso. Podía salir de un cine y meterme en el otro como en los viejos tiempos de la peatonal Lavalle.
Bueno, ahora es lo mismo pero con un montón de locales de ropa y comida. También habrá una suerte de mirador en una especie de terraza. Re lindo. Pero para eso faltan 40 días. Hay tiempo.
El Gran actor estaba chocho.

En lo que concierne a nosotros, cinéfilos, la noticia es que reabrieron el Village Recoleta con solo diez de las 14 salas que había. La sala 1, que era una de las mejores de Buenos Aires despareció para darle lugar a un local en donde una señora adinerada le comprará un collar de esmeraldas a su nieta o para que los cholulos vean a las modelos entrar en locales de ropa en pos de usar sus cupones de canje.  
En los cines que sobrevivieron, que están todos en el subsuelo, se agregaron dos proyectores digitales. Listo. Es eso. El día de la inauguración, Ricardo Darín fue a decir que estaba muy contento por la reapertura. Se sacó fotos y se fue a buscar el cheque.
Luego proyectaron para prensa la película de JJ Abrahams producida por Spielberg, Super 8. Ya hablaremos de esta gran aventura muy bien filmada. Sólo quería dar mi versión de la noticia.
Hasta luego.  

miércoles, 13 de julio de 2011

Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte II (Harry Potter and the deathly hallows: Part II)


Llegó el final.
10 años con Harry Potter. Mil ciento setenta y ocho minutos en el cine. Me puse a pensar algunas cosas relacionadas con semejante cantidad de tiempo. Directa o indirectamente crecimos todos a lo largo de la saga. Yo pasé por cinco o seis trabajos, un hijo, 7 presidentes, una separación, proyectos…
Los fanáticos de Harry Potter habrán empezado a leer o vuelto a agarrar un libro después de años (acaso el mayor logro del producto) ¿Qué edad tendrían? ¿10? Imagine un chico de 15 en 2001 con La piedra Filosofal. Hoy tendría 25. A juzgar por lo que las películas recaudaron a lo largo de una década, Potter no parece haber perdido fanáticos sino lo contrario. 

Se van a decir muchas cosas. Desde el fanatismo y también desde quienes miran todo por encima del hombro. Todo lo que quieran, pero cuando llega el final de algo representativo para la vida de uno y que duró diez años, seguramente quedará arraigado en el corazón.

Todo tiene un final. Todo termina
Por supuesto que una serie de ocho películas sobre un mismo tema y con semejante éxito supera cualquier tipo de análisis. Dentro del mundo de los espectadores de cine, es un fenómeno social y como tal despierta pasiones fervorosas e incontrolables. Resulta imposible hablar de Harry Potter y las reliquias de la muerte Parte II disociándola de este hecho. Todo indicará un mundo dividido entre los que detestan al mago y los que lo aman. Los que se sentirán estafados con el final o los que lo acepten sin condiciones.

Desde el lugar de la saga, la última parte es tensión constante. Luego veremos algunos aspectos de la construcción del guión, pero desde el minuto 1 y a medida que las cosas se van revelando a favor o en contra de buenos o malos, la película va llegando a un clímax con toda la parafernalia de la dirección de arte y efectos característicos de la serie. Realmente digna de todo lo ocurrido desde el comienzo. Podría incluso considerarse a esta octava entrega como una película de acción lisa y llanamente. Acaso las dos últimas lo sean en tanto Lord Voldemort intentó matar a Harry seis veces mientras JK Rawlings seguía escribiendo acertijos y personajes raros para ir armando el enfrentamiento final. Desde el punto de vista de la adaptación, los fans pueden estar tranquilos. Harry Cumple. Ya no importa si se podía decidir un mejor final o no. No habrá ningún seguidor a ultranza de las películas con riesgo de salir defraudado.

Y hablando de esto, se especuló mucho en el final con la pregunta de si Harry Potter muere o sobrevive. Es Hollywood señora, la respuesta a esta pregunta es irrelevante si la taquilla está llena de dólares.
Entrando en el aspecto del análisis de la película, Harry (Daniel Radcliffe), Ron (Rupert Grint) y Hermione (Emma Watson) siguen buscando los horrocruxes que les faltan para destruir a Lord Voldemort (Ralph Fiennes) y para ello es menester encontrar la espada de Gryffindor. Mientras tanto, Voldemort sigue armándose de poder y de secuaces para tomar Hogwarts y ser el amo de los magos.
Si bien el amor, la amistad y el honor están presentes en toda la saga, aquí se confirma para siempre entre los personajes. No son valores a los que la historia ha renunciado y en este sentido, también quedarán todos contentos.
Pero el guión de Steve Kloves (quién escribió todas menos La orden del Fénix) comete, para quién escribe, uno de los errores más comunes en los que se puede caer. Sólo que en este caso, resulta casi un insulto tras comernos diez años de Harry Potter. En un momento crítico, se produce una explicación en 3 minutos con todo lo que pasó desde La Piedra Filosofal a hoy y estéticamente más cercano al video clip que al cine. Ahí también, se revelará una vuelta de tuerca de la historia como para aportar algo de ambigüedad. Es curioso, pero no importa si este “recuerdo” está en el libro o no. En todo caso, si está, entonces el error no es sólo de un guionista sin ideas para resolver el final; sino también de la autora de los libros.
Más aún. Toda esta última película es como una gran recorrida por el museo de Harry Potter. Aparecerán las serpientes, los sapos de chocolate, los cuadros en movimiento y prácticamente todos los objetos y  personajes que han formado parte de esta historia. Estén o no muertos. Como si la escritora y el guionista hubieran tenido la malsana intención de escribir una película para abarcar a aquellos que no vieron las anteriores.
Pensémoslo como fanáticos o como espectadores a secas. Si hicieron este resumen con la última entrega, ¿para qué demonios nos encajaron los 1.048 minutos anteriores? Nada peor que subestimar la inteligencia del espectador. Se que es un detalle comparado con todo lo que se va a generar, pero desde este lugar chiquito, no puedo menos que ser honesto con lo que me pasa en el cine.  

En definitiva, Harry Potter y las reliquias de la muerte parte II, le da, en términos generales, un final correcto y de mucha acción a la saga. Punto. En términos de obra cinematográfica, comete un error conceptual demasiado grosero para pasarlo por alto. Para colmo desde el lugar de origen, o sea la autora, en el cierre de su creación todo queda como una calesita. No sé si soy claro.

Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte II
Harry Potter and the deathly hollows: Part II (REINO UNIDO – USA, 2011)

Dirección: David Yates

Guión: Steve Kloves

Montaje: Mark Day

Fotografía: Eduardo Serra

Música: Alexandre Desplat

Dirección de arte: Andrew Ackland-Snow, Alastair Bullock, Martin Foley, Christian Huband, Molly Hughes, Hattie Storey, Gary Tomkins

Reparto: Ralph Fiennes, Michael Gambon, Alan Rickman, Daniel Radcliffe, Rupert Grint, Emma Watson, Domhnall Gleeson, John Hurt, Helena Bonham Carter y elenco.   

lunes, 11 de julio de 2011

Malas enseñanzas (Bad Teacher) USA, 2011


Cameron Diaz. Entre el humor y el mal gusto
Bueh,
Después de pensar y masticar un poco pude descubrir lo que me pasó con esta película.

El tema es así. El director Jake Kasdan (Hijo de Lawerence Kasdan) parece haber decidido sobre la marcha el curso, temática y tipo de humor que iba a impregnar en Malas Enseñanzas.
Durante todo el tiempo que tarda en decidirse, la película gira en torno a un personaje siniestro y a la incorrección política hecha a propósito. Como si estuviera más preocupado en la irreverencia del personaje principal que en justificar lo que la provoca.
Por esta razón, el espectador debe dar todo por sentado y aceptarlo sin cuestionamientos como condición sine qua non para entrar en el juego que propone Kasdan. Si esto no se cumple le garantizo que va Ud a aburrirse mucho.

Elizabeth Halsey (Cameron Díaz) es una mujer interesada sólo en un buen pasar económico provisto por alguien que la mantenga. Mientras gasta su dinero, pasa el resto del tiempo enseñando en una escuela primaria. Una suerte de pantalla para justificar cierta responsabilidad ante su futuro marido. Este se da cuenta de todo y le da el puntapié correspondiente ante lo cual Elizabeth debe volver a la escuela redoblando su apuesta de ser mantenida. Para ello considera que debe tener tetas más grandes y así competir con mujeres más jóvenes.
Elizabeth es una persona muy desagradable. Detesta a sus alumnos y colegas; es discriminadora; toma un montón de alcohol y drogas, llega todos los días con la respectiva resaca y está lejos de querer enseñar nada. Su único objetivo será el de la cirugía estética.
Dentro de la escuela está Amy (la excelente Lucy Punch) quién hará las veces de antagonista cuando se presente Scott (Justin Timberlake), un nuevo maestro aparentemente adinerado por quién ambas tendrán su propia guerra. Mientras Rusell (Jason Segel) el profesor de gimnasia, intentará algo con Elizabeth a pesar de no tener un morlaco y a su vez se conformará como parte de la sub-trama que traerá un balance entre tanto estilo humorístico.
Está muy claro que los años no parecen hacer mella en Cameron, además de haberle servido para crecer como actriz. Malas enseñanzas se sostiene por su trabajo y el de los personajes secundarios, con la excepción de Timberlake quien tiene la suerte de que en Hollywood están convencidos que el cine es lo suyo.
Por momentos, el guión pasa de comedia de enredos a humor escatológico sin escalas ni justificación pero atención:
Las risas llegan. En cuentagotas al principio, mucho más después. Y esto es porque Kasdan logra transformar su película en pequeños sketchs aislables de cualquier trama. Y así como sucede en Saturday Night Live, los planteos de personajes y situaciones son rápidos, concisos y efectivos. Entonces, mas allá de la natural hilación de la trama, hay momentos que funcionan, otros regular y otros son decididamente malos y cercanos al mal gusto. Por ejemplo: la escena del día de lavado de autos es un book de Cameron Díaz sin sentido, mientras que la de Elizabeth tratando de seducir a un dirigente/inspector de escuela para robarle datos, no tiene desperdicio.
Así transita esta comedia que da para ir predispuesto a todo tipo de humor y sin exigencias.   

Malas enseñanzas
Bad Teacher (USA, 2011)

Dirección: Jake Kasdan

Guión: Gene Stupnitsky y Lee Eisenberg

Montaje: Tara Timpone

Fotografía: Alar Kivilo

Música: Michael Andrews

Dirección de arte: Andrew Max Cahn

Reparto: Cameron Diaz, Lucy Punch, Jason Segel, Justin Timberlake, Phyllis Smith, John Michael Higgins y elenco.

Idioma: Ingles

Duración: 92 minutos

domingo, 10 de julio de 2011

El retrato postergado y Mundialito

Hola Estimado.
Tengo el agrado de hablar de estos dos documentales estrenados esta semana. Cada uno en lo suyo tiene varias aristas interesantes. Sobre todo en la realización.

Gran Documental sobre un hecho olvidado
Mundialito:
La película tiene un comienzo que podría resultar convencional. Imágenes de archivo de la edificación del estadio Centenario de Montevideo, la final del mundial de 1930 y el famoso “Maracanazo” del ’50. La voz en off del historiador y ex –futbolista Gerardo Caetano van decorando lo que se ve con algunos conceptos generales sobre Uruguay y su pasión futbolera nacida desde estos logros deportivos. Hasta que un plano medio tiene al propio Caetano diciendo que el Mundialito de 1980 fue una payasada.
En ese mismo instante, mi atención cobró un estado álgido. Fue como un cachetazo. Y hubo varios mas en esta brillante realización de Sebastián Bednarik.
Plagada (en el buen sentido) de entrevistas a políticos, ex-funcionarios, futbolistas, periodistas, presos políticos y dirigentes; Mundialito se ocupa de poner luz sobre un hecho poco (casi nada) revisado: La organización en Uruguay de un torneo con los campeones mundiales de fútbol por parte de la dictadura vigente en ese momento.
Bednarik va llevando su película con dos hilos conductores montados en paralelo: los meses previos a la organización del evento, poniendo el foco en empresarios y dirigentes y el plesbicito decretado por la dictadura para que el pueblo uruguayo pudiera elegir por sí o por no a una reforma constitucional que prácticamente legalizaba la dictadura y hasta dejaba abierta la posibilidad de presentarse como posible gobierno en elecciones libres.
Claro que ambos hilos convergen en varios pasajes para terminar en un todo muy concreto. Hay mucho humor (de ese que nos refleja como sociedad) y lugar para la reflexión a medida que la información se va ampliando. La música de Ojos del Cielo es de colección (¿Se conseguirá la banda de sonido?). La edición de Mundialito es profesional y lujosa pero quiero hacer hincapié en la calidad del sonido diseñado por Daniel Márquez y Fabian Oliver. No solamente supera con creces el problema de acústica que pueda tener cualquier sala (la exhibición es en DVD); además tiene una notable hegemonía entre el audio de archivo y el actual con lo cual difícilmente se pueda perder algo. Vale la pena como documento y como película. Se pasa volando.

El retrato postergado:
Haroldo Conti y un documento que invita a leerlo
Lo del sonido que dije anteriormente no aplica en este caso. O por lo menos no en toda la película.
Hay un antecedente insoslayable para comentar El retrato postergado: Son dos ideas y realizaciones en una película.
Fue así: En los 70, el escritor Haroldo Conti traba amistad con Roberto Cuervo, quién decide entrevistarlo y filmarlo para realizar “Retrato Humano”. Esas imágenes y audios del propio Conti nuca pudieron terminar de realizarse. Por su pública simpatía por el ERP, el escritor fue secuestrado por la dictadura. Cuervo murió en un accidente. Andrés Cuervo, el hijo, logró rescatar lo filmado y decidió llevar el proyecto adelante agregándole su visión.
Cuervo, logra un film muy íntimo, cuya impronta logró conectarme con la historia de su padre y con la del escritor a la vez.
Las voces de Eduardo Galeano y Marta Lynch ponen claridad en sus conceptos sobre Haroldo Conti como escritor y como hombre comprometido con sus ideas. Hay imágenes filmadas en la época que ilustran al hombre, mientras las filmadas por Andrés Cuervo ayudan a mezclar presente y pasado con mucha solvencia. Por ejemplo, eligió imágenes actuales de Chacabuco, lugar donde nació Haroldo, en locaciones donde no se nota el paso de los años. Como si el pueblo estancado en el tiempo esperara por su vuelta. Las cámaras de las dos épocas se mueven por bosques y por el río intentando viajar por los lugares que Haroldo Conti amaba y le daban paz además de un enorme sentido de pertenencia.
En adición a esto, el trabajo de stop motion para simbolizar tres momentos en la vida de Conti es sencillamente de colección. El talento de los animadores Adrián Anarella, Agustín Calviño y Guillermo Henchoz le ponen un momento estéticamente brillante para mostrar, censura, secuestro e inspiración creativa.
No hay peros en esta obra corta (dura 64 minutos). Sólo destacar que la buena dirección de la película logra la sana ambigüedad de salir del cine sabiendo poco de Haroldo Conti, pero con mucha curiosidad por conocerlo.

Mundialito
(Uruguay, 2010)

Dirección: Sebastián Bednarik

Montaje: Guzmán García

Guión: Andrés Varela y Sebastián Bednarik

Investigación: Gerardo Caetano

Fotografía: Pedro Luque

Sonido: Daniel Márquez y Fabian Oliver

Música: Ojos del Cielo

Duración: 72 minutos

Idioma: Hablada en español y portugués con subtítulos en castellano

Calificación: ATP   


El retrato postergado
(Argentina, 2009)

Dirección: Andrés Cuervo

Guión: Andrés Cuervo

Montaje: Emiliano Serra

Fotografía: Jorge Crespo

Música: Darío Barozzi

Animación: Adrián Anarella, Agustín Calviño y Guillermo Henchoz

Duración: 64 minutos

Idioma: Español

Calificación: ATP