sábado, 25 de junio de 2011

Aballay (Argentina, 2010)

La vuelta del cine gauchesco con Aballay
Caro lector: hacía rato que una película no me invitaba a realizar tantos chequeos para hacer un comentario sobre ella después de haberla visto. Sirvió el ejercicio. Para aprender mucho y sacar conclusiones que llevaré adelante en este humilde texto.

Literatura en cine:

Cualquier texto escrito (novelas, poemas, cuentos, etc.) llevado al cine tiene tres posibilidades para un guionista: adaptarlo, basarlo o inspirarlo en... 
En todos los casos (si el guión está bien escrito), deberá contemplar las diferencias narrativas entre el cine y la literatura. Aballay, de Fernando Spiner, es una versión muy (pero muy) libre del cuento de Antonio Di Benedetto.

Géneros Cinematográficos:

Sin entrar en el debate de los géneros cinematográficos, ratifico mi hartazgo de escuchar o leer “Western Argentino o gauchesco”. No existe tal cosa y quiero aprovechar la oportunidad para hablar de ahora en más de Cine Gauchesco y no de Western. Tenemos en nuestra historia antecedentes cinematográficos suficientemente añejos (Nobleza gaucha, 1915) como para pensar que en Argentina no se filmó sobre el tema hasta que se estrenó La diligencia (John Ford, 1939). 
El gaucho es un personaje riquísimo y absolutamente diferente de los vaqueros de Hollywood. Pueden coincidir en algún contexto histórico como la época de la conquista, pero cada uno tiene su estirpe empezando por el hecho de que si un gaucho tenía plata para comprarse un revóvler Colt estaba más cerca de un patrón de estancia que de un vagabundo marginal.

Aballay de Antonio Di Benedetto
   
Este cuento muy corto de Antonio Di Benedetto publicado en una compilación llamada Absurdos en 1978 es básicamente una descripción de la penitencia que un forajido llamado Aballay decide transitar a partir de la culpa que siente por haber asesinado a un hombre una noche de alcohol en presencia del hijo de éste; hasta encontrarse cara a cara, años después del hecho, con la venganza.   

Fernando Spiner

El día de la presentación en Cine Núcleo, el director de Aballay reconoció ser un fanático del Western Criollo (otra vez la palabrita) y de películas como Pampa bárbara, Juan Moreira o La guerra gaucha, grandes exponentes del cine gauchesco. También del spaghetti western y de clásicos del género norteamericano. Hizo un hincapié puntual sobre la violencia. La sufre tanto el que la recibe como el que la provoca. “Para el cine Argentino, hacer este film fue una epopeya y ojalá dispare nuevos proyectos”, dijo.

La película Aballay

Llegamos al punto. Espero no haberlo aburrido. A mí Aballay me pareció una película muy entretenida de principio a fin. A la vez me confundió un poco. Cuando al principio hablaba sobre la inspiración para un guión quise darme el pie para este momento. El cuento nunca habla de épocas. De hecho no hay una sola referencia a la ciudad de Buenos Aires en tanto, civilización y barbarie. Hay una referencia geográfica pero está muy lejos de Tucumán y sus cerros, salvo que esa provincia tenga una “pampa infinita” y ñandúes entre su fauna. Más bien diría que la acción del cuento sucede en La Pampa. Tampoco hay referencias musicales. Sí las hay sobre pulperías, asado y peleas de gallos con apuestas.
La película arranca con una toma (a mi entender) homenaje a La Pandilla Salvaje (Sam Peckimpah, 1969) en donde una banda de forajidos persigue a una diligencia cuyos integrantes van cantando la marcha de San Lorenzo como si fuera el último hit de una FM. Licencias absolutamente válidas entretenidas y por cierto muy logradas si se trata de una parodia u homenaje. Entonces no importará el rigor histórico.    
Asaltados por los ladrones, todos los integrantes del viaje son asesinados. Aballay, el líder, degüella al padre de un niño que observa la escena escondido en la diligencia. Consumado el hecho el asesino registra el vehículo encontrándose con esa mirada inocente, inquisidora y llena de odio que el chico devuelve. El forajido entiende que se pasó de la raya. Se siente culpable y este será el disparador para tratar de redimirse. En un sermón, escucha una forma de penitencia que lo inspira para subirse a su caballo y no volver a pisar la tierra.
Hasta ahí hablo de la trama. Spiner agregó muchos personajes y sub tramas que nutren a esta película gauchesca de todos los elementos necesarios para construir un relato muy bien realizado en todos los rubros. La música de Gustavo Pomeranec es una delicia inspirada en las partituras de Morricone y Bacalov de la década del sesenta. Los trabajos de casi todo el elenco son excelentes. Pablo Cedrón como Aballay es realmente sólido al igual que las apariciones de Gabriel Goity como el cura y Moro Anghileri en el papel de Juana. Caludio Rissi compone un villano antológico.
El director deja plasmado claramente su objetivo principal respecto de las consecuencias del estado violento de los hombres. 
Pero cuando la historia se torna demasiado seria, todo lo que podía tomarse como licencia juega un poco en contra. Es en este punto en donde la falta de rigor histórico inquieta un poco. Ahí saltan las preguntas a la dirección de arte y su decisión de incluir la mencionada marcha a pesar de haber sido compuesta en el siglo XX. Así mismo la aparición de botellas de Amargo Obrero y el diseño de vestuario queda en una suerte de nebulosa. Es más, la película se llama Aballay –el hombre sin miedo- sin embargo (y en desmedro del cuento) este personaje pasa a un segundo plano para centrar todo en el hijo que busca venganza.  
De todos modos, Aballay tiene elementos valiosísimos como para establecer un nuevo punto de partida en nuestro cine. Uno que se anime al abordaje y revisión de nuestra historia. Si Fernando Spiner pone en juego estos cimientos, espero fervientemente a cualquiera que tome la posta. Siento un orgullo futbolero de sólo imaginarme el nuevo cine gauchesco. Aballay tiene mi voto de confianza.  

Aballay –El hombre sin miedo-
(Argentina, 2010)

Dirección: Fernando Spiner

Guión: Fernando Spinner, Javier Diment y Santiago Hadida

Montaje: Alejandro Parysow

Fotografía: Claudio Beiza

Música: Gustavo Pomeranec

Dirección de arte: Sandra Iurcovich

Reparto: Pablo Cedrón, Nazareno Casero, Claudio Rissi, Luis Ziembrowski, Tobías Mitre, Horacio Fontova, Moro Anghileri y elenco.

miércoles, 22 de junio de 2011

Se podrá volver a ver en cines El Padrino y Scarface


Una de las grandes noticias del año para los amantes del cine, melómanos, coleccionistas y demás seres extraños es que CDI Films ha comunicado que en pocos meses en Argentina, podremos disfrutar en cines dos clásicos como El Padrino (Francis Coppola, 1972) y Scarface (Brian De Palma, 1983). Ambas películas han sido remasterizadas y digitalizadas para su proyección en 2D.
Una iniciativa que tuvo su semilla a principios de este año cuando cinesargentinos.com pudo reponer, despues de muchas idas y venidas con la distribuidora y con los dueños de las salas, Volver al futuro (1985) para su 25º aniversario. 
El  público dio su veredicto para obras clásicas como esta y mas de 50.000 espectadores concurrieron a las salas para vivir la experiencia de ver un clásico en el cine. 
El éxito rotundo empujó a un nuevo proyecto del sitio: re-estrenar Top Gun (Tony Scott, 1986) este año en el mismo marco. 

En el caso de El Padrino y Caracortada, es de esperar que la respuesta sea aún mayor dada la envergadura de las obras y el culto que se ha formado alrededor de ellas. 
Todavía no se sabe qué cadenas tomarán la posta para determinar cantidad de salas y horarios, pero lo que sí es seguro es que tanto la obra cumbre de Francis Ford Coppola y el clásico de Brian De Palma ya tienen su momento de revivir en la pantalla grande.
Ampliaremos apenas se den a conocer mas detalles.

martes, 21 de junio de 2011

Los Agentes del Destino (The Adjustment Bureau) USA, 2011


La suerte está echada
Si Ud y yo podemos tenerlo claro, el director George Nolfi debería saberlo: el romance y lo esotérico ya fueron combinados alguna vez y es difícil encontrar alguna película que haya funcionado bien, sin caer en los cuestionamientos de las arbitrariedades que necesitan los guionistas para justificar lo inexplicable de su propuesta. Un ejemplo de algo bien hecho fue Ghost –la sombra del amor- de Jerry Zucker. Le puede gustar o no, pero el director sabía que era una historia de amor en un contexto metafísico y ambas características de la historia están bien llevadas pero lo importante siempre fue, qué pasaba con ellos dos. Nunca la película de Zucker se aparta de esto y por eso toda la propuesta es creíble. Porque se tomó la decisión de ir a fondo con una de las dos cosas. El problema es cuando un guionista que aborda estos temas combinados, no se decide por nada.
David Norris (Matt Damon) es candidato a congresista por Nueva York. Tiene mucho talento, ganas y empuje pero no parece estar consciente de su exposición pública. La difusión de una foto de su culo en una fiesta es suficiente para arruinar la elección. Pierde por goleada. Ensaya su discurso de la derrota en un baño del Waldorf Astoria durante un rato, hasta que de uno de los retretes sale Ellise (Emily Blunt). Si, ya sé. No pregunte. Aunque le diga cómo llegó ahí no me va a creer.
De todos modos, la química que se produce entre ellos es instantánea (relamente Damon y Blunt la hacen funcionar), sólo que algunos no están de acuerdo con su futura relación. En la azotea, cuatro individuos con cara de tener poco tiempo, consultan un cuaderno que parece tener todas las respuestas. Ellos no deben estar juntos por mandato divino. Sin mencionar ninguna religión, los agentes se refieren a “El Jefe” como el escritor del destino de todos los habitantes del planeta en desmedro del libre albedrío que se supone nos dio. Ambos conceptos están escritos, pero acá La Biblia importa poco. El cuadernito de hojas lisas y gráficos un poquito más elaborados que el Pac Man, tiene la posta. El agente Richardson (John Slattery), será el encargado del operativo para evitar el amor y explicarle a Norris las razones para que esto ocurra.
De esto le hablaba cuando el romance se mezcla con la ciencia ficción o mejor dicho, esta realidad alternativa.
Vaya a saber si por miedo, desidia o falta de neuronas, el guionista inserta un factor que justificará todas las acciones hasta el final: la casualidad. Parece chiste pero sin esto no hay película.
Como “El Jefe” no les da poderes a los agentes para manejar la eventualidad, ellos deben actuar acorde a la circunstancia con lo cual uno bien puede preguntarse para qué demonios les sirve el cuaderno, pero ya es tarde. Gracias a la suerte, decía, el interesante planteo del sino escrito versus el libre albedrío, nunca llega a desarrollarse y todo seguirá por caminos en donde la inteligencia del espectador no parece importar demasiado.
Genial la aparición de Terence Stamp como uno de los agentes y no hay mucho mas. Me quedó la sensación de haber visto una película que si bien no resulta aburrida, no le quita su condición de híbrido. Si la idea de que el amor todo lo puede alcanza para acreditar todas las decisiones de un guión, habrá que jugar a la quiniela. A lo mejor hasta el 17 (la desgracia) sale por amor.  

Los Agentes del Destino
The Adjustment Bureau (USA, 2011)

Dirección: George Nolfi

Guión: George Nolfi (Basado en un cuento de Philip K. Dick)

Montaje: Jay Rabinowitz

Fotografía: John Toll

Música: Thomas Newman

Reparto: Matt Damon, Emily Blunt, Michael Kelly, Terence Stamp, Anthony Mackie, John Slattery y elenco.

lunes, 20 de junio de 2011

Carlos (Francia/Alemania, 2010)


Excelente trabajo de Edgar Ramírez como Carlos
Olivier Assayas debe haber tenido un trabajo tremendo para compaginar sus seis horas y media de Carlos en versiones con metraje distinto. Originalmente es una miniserie y contrato mediante, una película para cines. En el caso de Argentina, se estrena la versión que se vio en Gran Bretaña de 2 horas 45 minutos.
Teniendo estos factores en cuenta, el análisis es bastante relativo. Está bien, uno debe hablar del material estrenado; pero no es lo mismo unos minutos menos, por ejemplo la versión de The Wall estrenada en su momento, que un faltante de 225. De todos modos…

Carlos es la historia del famoso terrorista “El Chacal” (aunque no se mencione como tal en ningún momento de la película), sobre el cual ya existió una película. Aquí la diferencia básica reside en un excelente trabajo de investigación periodística que determinó los lineamientos básicos del guión y la recopilación de imágenes de archivo muy bien insertadas durante el film. Casi como jugando con el documental sin apartarse de un estilo narrativo clásico.
La obra arranca en 1973 con Illich Ramírez Sánchez. Un joven venezolano residente en París y con mucha energía en épocas en las que desde el Mayo Francés, la política y los ideales formaban parte de lo cotidiano. Sucede que Illich quiere ir un paso mas allá de la charla entre cervezas y puchos y va metiéndose en la causa pro-palestina contextualizada convenientemente entre Comunismo vs. Capitalismo.
En otro aspecto de su personalidad, este muchacho tiene un fetiche muy especial con las armas pues además de excitarlo, lo hacen sentir poderoso. Una vez hecho el contacto con Wadie Haddad (Ahmad Kaabour), esta combinación de caracterñisticas de su personalidad se vuelven peligrosas porque a partir del encuentro, Illich será una célula en Francia esperando órdenes del jefe de la causa. Esa primera misión convertirá a Illich en Carlos, uno de los más notorios terroristas de la década del ’70 y la siguiente.  

La película narra 20 años de su “carrera” en los que va cambiando ideales por posiciones y plata. Se ve un Carlos que entiende la coyuntura y se va adaptando a ella pero marginándose de las causas para potenciar la propia. Idealista o mercenario, pero siempre terrorista. Todo esto se puede percibir gracias a la notable actuación de Edgar Ramírez. Además de los cuatro idiomas fluidos que domina (alemán, inglés, francés y árabe), Ramírez va tomando decisiones con su cuerpo que le aporta al papel una entrega total. Los actores secundarios son muy sólidos y están muy bien dirigidos aunque las decisiones del corte final para cine dejen algunas historias sueltas (no alcanza con lo que se aclara en los créditos finales).
Carlos tiene una estética “setentosa” durante gran parte de la película y una gran fotografía orientada al sepia-rosado contrastada con el blanco y negro de archivo a-lo-JFK. Realmente una película bien trabajada, contada en ritmo televisivo y que dejan ganas de ver todo el resto.       

CARLOS
Carlos (Francia/Alemania, 2010)


Dirección: Olivier Assayas

Guión: Olivier Assayas, Dan Franck y Daniel Leconte.

Fotografía: Yorick Le Saux y Denis Lenoir.

Montaje: Luc Barnier y Maron Monnier

Reparto: Edgar Ramírez, Alexander Scheer, Nora Von Waldstatten, Ahmad Kaabour, Christoph Bach, Rodney El-Haddad, Alejandro Arroyo y elenco

jueves, 16 de junio de 2011

La Doble Vida de Walter (The Beaver)


Mel y su alter ego. Excelente trabajo.
A Ud le puede gustar o no su trabajo, pero algo no se puede negar en Jodie Foster como directora. Sabe contar una historia y elegir los actores para hacerlo. Aunque se trate de La Doble Vida de Walter (título engañoso, por cierto).  
Walter Black (Mel Gibson), esposo de Meredith (Jodie Foster) y padre de dos hijos;  siente que su vida es una farsa. Está harto de todo y de todos. Incluso de sí mismo y de la imagen que debe sostener como empresario y hombre de familia. Todo esto se muestra con varios inserts de su vida cotidiana y por si hace falta aclarar algo está narrado por el protagonista en tercera persona (ya sé, no cierra pero sígame). Al lado de lo que se escucha, el comienzo de Belleza Americana es optimista, con eso le digo todo.

Walter intenta, con todas las terapias y medicaciones posibles, reencauzar su vida predestinada a seguir con la fábrica de juguetes heredada de su padre. 
Así, Walter deja a su familia y se va a vivir sólo como para transitar tranquilo el camino al suicidio. Habrá que ver cómo están agarrados los caños de la cortina de los baños en Estados Unidos como para que alguien decida ahorcarse con la corbata pero es sólo un detalle.
Luego de la graciosa catarsis, una voz entrará en escena (es una forma de decir) para lidiar con su propia vida. En efecto, Walter crea un alter ego cubriendo una de sus manos con un títere castor que para diferenciarse de Walter, habla con acento británico. No es otra cosa que el costado lúcido de su personalidad. No parece casual la elección de un castor. Walter está hecho una ruina y si de algo sabe un castor es de construcción.
A partir de allí, el personaje condiciona a la familia, a los empleados de su empresa y sobre todo al espectador a aceptar que todo lo que suceda en pos de resolver su situación va a depender de escuchar y principalmente hablarle al muñequito. Acuérdese lo que le digo: No va a faltar alguna nota en TV o gráfica disparada por este planteo. Con eso sólo le va a ir bien a esta película.
Si la directora hubiera querido realizar una parodia sobre el psicoanálisis la película tendría chances de transitar otro camino; pero se tomó bastante en serio esto de limitar la resolución de su film a este recurso derivando por momentos en situaciones cercanas al ridículo, como cuando la pareja intenta recomponer el deseo sexual. Una escena a la que sólo le falta que el cigarrillo se lo fume el títere.    

Esta película acierta cuando se centra en la trama principal (Walter intentando recuperar su autoestima y hacer las paces con la vida). Cuando la atención se desvía hacia las sub-tramas, se resbala como si estuviera caminando con zapatillas en pista de hielo. Por ejemplo la del hijo mayor. Porter (Antón Yelchin) odia a su padre. Lo considera un caso de psiquiatra aunque irónicamente, el pibe, de unos 17 años, se la pasa pegando papelitos en el techo con todas las características que lo hacen parecido a su papá para tratar de evitarlas. Una especie de paranoia sobre “el deber ser” que prospera de a ratos. Es mas, las historias paralelas rozan muy de cerca al melodrama y esto no le conviene a un relato cuya propuesta mas concreta es, en resumen, la de mostrar a un hombre tratando de recomponer su relación con el mundo.
El trabajo de Mel Gibson es excelente. “Oscarizable”, si me permite el término, pero su gafe mediático probablemente le juegue en contra.
Si se la toma como una comedia, esta película da resultado. De lo contrario se hace difícil encontrar profundidad viendo al títere hablar por Walter. Está bien contada con un buen ritmo narrativo pero la cuestión no es “cómo”; sino “qué”.
El fanatismo no conoce de razones, por lo cual ningún fan de Mel Gibson saldrá defraudado. De hecho sin él no habría película y por eso el balance da positivo. , con varios peros en el medio.

La Doble Vida de Walter
The Beaver (USA, 2011)

Dirección: Jodie Foster

Guión: Kyle Pillen

Montaje: Lynzee Klingman         

Fotografía: Hagen Bogdanski

Música: Marcelo Stavros 

Montaje: Mel Gibson, Cherry Jones, Jodie Foster, Anton Yelchin, Riley Thomas Stewart, Jennifer Lawrence y elenco

Una Misión en la Vida


Grandes actuaciones. Humor para las relaciones humanas
Evidentemente hay puestos de trabajo que desde su nombre o título implican una suposición del conocimiento del mismo. Si yo digo “barrendero”, es muy probable que a todos se nos venga una imagen parecida. Necesitaba este ejemplo para establecer un punto. Si digo “Gerente de Recursos Humanos”, a lo mejor el inconsciente colectivo nos traicione un poco. A priori podemos estar de acuerdo, pero este es un puesto de trabajo que en términos generales siempre genera controversias.  
Claro, el barrendero barre. Para llegar a una discusión más profunda (si es que la hay) deberíamos ahondar un poco más en la función social de este oficio por ejemplo, VER a un barrendero hacer su trabajo contrastado con la propia costumbre de no ensuciar o ensuciarlo todo, etc, etc.
Convengamos que es más simple. En comparación, un gerente de recursos humanos... bueno, cada uno tendrá su propia versión. Incluso el barrendero.
Esta premisa sirve para abordar el brillante tratamiento de esta tragicomedia que el director Eran Riklis decidió para su película Una Misión en la vida.

El Gerente de RRHH (Mark Ivanir) es un hombre cuyo trabajo está prácticamente deshumanizado. Su rutina no pasa de llegar a la oficina, revisar legajos e irse casi sin inmutarse. Eso sí, es un subordinado de confianza en la empresa panificadora para la cual trabaja. Por eso, cuando una empleada ilegal es encontrada muerta por un accidente, deberá enfrentar por pedido de la directora, los cañonazos que la prensa tiene preparados contra la empresa. “Trabajo a inmigrantes ilegales” y “Abandono de persona” son las amenazas de los posibles titulares. No es lo único con lo que deberá lidiar el gerente. Se debe también reconocer el cadáver, armar todo el papeleo y disponer de él ya que, como dijimos, la ex-empleada era también extranjera. No le gusta mucho la idea de poner la cara sin otra compensación que unas gracias por la fidelidad y el profesionalismo. Sin embargo esta circunstancia lo pondrá en un dilema a dirimirse entre cuestiones éticas y morales porque luego de la decisión de llevar el cadáver a su país de origen entran en escena el hijo de la mujer (Noah Silver) y el periodista (Guri Alfi) que se integrarán al viaje.
El guión se encarga de delinear muy finamente la transición que este hombre hosco y desencantado de la vida transcurre hasta llegar al punto de la propia humanización.

Podría dividir en dos la visión humana propuesta por el director. Esta gran película comienza por presentar a un gerente de RRHH perteneciente a una empresa por la que debe dar la cara, para luego virar hacia la historia de un hombre obligado por las circunstancias a sentir y pensar en otras personas.
El guión de Noah Stollman invita a acompañar la transición del personaje principal en tono de tragicomedia, objetivo logrado gracias, entre otros rubros, a las brillantes actuaciones de Mark Ivanir, Noah Silver y Guri Alfi. Brillante montaje de Tova Ahser. Es como si hubiera invertido el tiempo para ver una y otra vez cada toma y darle su duración justa.   
Una misión en la Vida es un viaje con personajes pintorescos que van construyendo con humor un camino hacia el desmantelamiento de la hermética coraza que el gerente construyó alrededor de su personalidad. Una película para reflexionar desde el humor los roles de las relaciones laborales y humanas con un agregado de trasfondo político y social bajo las capas de un guión inteligentemente planteado. Un montón de buen cine.

Una Misión en la Vida
The Human Resource Manager (Israel - Alemania – Francia, 2010)

Dirección: Eran Riklis

Guión: Noah Stollman

Montaje: Tova Asher

Música: Cyril Morin

Fotografía: Rainer Klausmann

Reparto: Mark Ivanir, Reymond Amsalem, Gila Almagor, Noah Silver, Guri Alfi, Bogdan E. Stanoevitch, Julian Negulesco y elenco

Las Marimbas del Infierno


Pasión por la música en Las Marimbas del Infierno.
Después de su exhibición en BAFICI 2011 llega al circuito comercial Las Marimbas del Infierno de Julio Hernández Cordón.

La película tiene un comienzo interesante con un encuadre raro. Un Plano general sostiene la esquina o rincón de una habitación con mucho aire arriba. La mitad de abajo del encuadre muestra una marimba a la derecha, una mesa y un sillón a la izquierda y a Don Alfonso (Alfonso Tunché), el dueño de todo eso, parado en el medio.
Don Alfonso comienza una suerte de relato en el cual nos enteraremos de la persecución que sufre su familia por parte de una mafia o pandilla local. La circunstancia lo hace decidir separarse de su familia y enviarla a un lugar seguro mientras el se queda con su marimba para seguir tocando y tratar de sacar algo de dinero. Don Alfonso hace catarsis y llora mucho en ese rincón de su casa en donde ya no le queda nada. La marimba es un mueble grande, pesado y con ruedas, pero su dueño va de un lugar a otro con él por temor a que la mafia se lo queme. El director parece haber elegido esta pesada carga, como si fuera un lastre del pasado musical. No parece quedar nadie en Guatemala que escuche la marimba, el instrumento nacional y sin embargo, Alfonso insiste en arrastrarla por todo tipo de calles y veredas. Mas allá de lo que la marimba pueda representar, es el músico y su instrumento la relación que se manifiesta. Luego entrará en escena "Chiquilín" (Víctor Hugo Monterroso), un adolescente que relata como se escapó de la cárcel y se encontró con el músico a quién ofrece refugio en un departamento muy venido a menos. Mas allá de sus antecedentes, "Chiquilín" tiene una sensibilidad especial por la música. Se emociona cuando escucha la marimba y conoce la historia de Don Alfonso. Así decidirá ponerlo en contacto con Blacko (Blacko González) Un ex músico de Heavy Metal y devoto al satanismo pero devenido en sacerdote judío en los últimos años.
Con orígenes, educación y características distintas. A estos tres personajes los une sólo una cosa: el amor por la música y de hecho se llama Las Marimbas del Infierno porque es el nombre de la banda que forman para fusionar la marimba con el Rock Pesado.  

En una propuesta en donde todo está tan claro, el director de esta película olvidó algo fundamental: decidir cómo tratar el tema elegido.
De los 73 minutos de duración hay pocos instantes que no oscilen entre el documental y la ficción. Es como si Julio Hernández Cordón no hubiera confiado en las virtudes de cada género logrando una suerte de híbrido. Por ejemplo: Ninguna de las personas que aparece en pantalla es actor, sin embargo Cordón los elige para que actúen su propia vida. Es como apostar en una pelea de boxeo, la misma cantidad a ambos contendientes. La escena en la que Alfonso une la marimba a una banda de Rock Pesado es muy graciosa. La que recrea una pelea en un campito de fútbol es patética.
Toda la película transita por este camino de aspecto forzado y Las Marimbas del Infierno pierde fuerza narrativa.
La otra contra es técnica. En la proyección que vimos, el formato fue DVD y hay momentos en los que el sonido es tan malo que apenas se distingue lo que dicen. Quizás hay asido esa vez pero vaya prevenido.

Las Marimbas del Infierno. Ficha técnica
Guatemala / Francia / México (2010)

Dirección: Julio Hernández Cordón

Guión: Julio Hernández Cordón

Montaje: Lenz Claure

Fotografía: Maria Secco

Reparto: Alfonso Tunché, Víctor Hugo Monterroso y Blacko González

DE DIOSES Y HOMBRES


De Dioses y Hombres. Cine de alto nivel
Olvídese por un momento de la cantidad de veces que visitó un museo o a una exposición en donde hay cuadros. Suponga que va por primera vez a un lugar de estos en donde hay… digamos 20 obras. Va a haber gente recorriendo todo en 10 minutos y gente tomándose dos horas. O sea, matemática/estadísticamente van a estar de 30 segundos a 6 minutos promedio frente a cada cuadro. En ambos casos, la vista y la mente oficiarán del montajista de una “película de fotos fijas”. Podríamos decir que aquel que se queda más tiempo con la vista fija frente a cada una, corre con cierta ventaja a la hora de interpretarlas. La diferencia entre ambos reside en la paciencia para dejarse llevar por la propuesta.
En el caso del cine, la cosa es distinta. Una película tiene la misma duración para todos los espectadores con lo cual, la paciencia cobra una vida distinta. Me gusta pensar en el arte como un enaltecimiento de esta virtud y una de las claves para ver De Dioses Y Hombres.           

A partir de una historia que habla de la devoción por Dios y del compromiso con el sacrificio en pos de vivir y transmitir una doctrina religiosa, De Dioses y Hombres sube, gracias a la dirección de Xavier Beauvois junto con el concepto artístico de Hind Ghazali y Boris Piot, un escalón más hacia la composición escénica. Algo que va más allá del cine como arte en movimiento. Es un cine que puede transmitir todo con imágenes y en donde el sonido es sólo un elemento que se usa cuando es necesario (incluidos los diálogos).
Así como sucede con El Hombre que Podía Recordar sus Vidas Pasadas o Le Quattro Volte, De Dioses y Hombres es imagen pura. No se puede disfrutar de esta película en su verdadera dimensión si uno no está dispuesto a tomarse más tiempo que el habitual para observar lo que este director quiere transmitir con su película.
Xavier Beauvois centra su historia en la historia real de una abadía en Argelia en la década del 90. Allí un grupo de Monjes Trapistas (devotos seguidores de la Orden de San Benito que basa su doctrina en la contemplación), dedican su vida a la entrega a Dios conviviendo en paz con la comunidad islámica en la que están asentados. No es casual esta elección para acrecentar la tensión con la que crece el guión. Fue época de guerra civil en esa región y el terrorismo estaba muy presente. La vida transcurre en plena armonía tal que puede ocurrir una reunión entre el abad (Lambert Wilson) y miembros de la religión islámica en donde debatir es por sobre todas las cosas, compartir.
Un grupo terrorista irrumpirá en la abadía de los monjes y a partir de allí, comienzan a jugar en los protagonistas todas las dudas que humanamente pueden tenerse sobre la fe, las liturgias y los rituales. El miedo es humano y vaya si este director lo plasma en esta obra. Un instinto tan racional que es capaz de cuestionar la propia capacidad del sacrificio. El dilema va apoderándose del grupo y hasta los siete rezos diarios parecen hacer tambalear el designio al que dedican sus vidas. Hay secuencias de colección como el homenaje del director a La Última Cena de Da Vinci o a la obra de Alessandro Magnasco y sus monjes en rezo. Claro que no sería posible sin la maravillosa fotografía de la maestra Caroline Champetier, aquella de trabajos inolvidables como Ponnette (19996) o Todo en una Noche (1982). Su trabajo en la escena final es prácticamente una lección de fotografía en exteriores. 
Con un arte visual que convierte el movimiento en cuadros existenciales, De Dioses y Hombres es una de las películas mas reflexivas que se recuerde. El Hombre y un Dios, el sacrificio y el miedo, la fe y la duda y acaso, el cine o la industria. Inolvidable.

DE DIOSES Y HOMBRES
Des hommes et des dieux (FRANCIA, 2010)

Dirección: Xavier Beauvois

Guión: Xavier Beauvois

Compaginación: Marie-Julie Maille

Fotografía: Caroline Champetier

Reparto: Lambert Wilson, Michael Lonsdale, Olivier Rabourdin, Philippe Laudenbach, Jacques Herlin, Loïc Pichon, Xavier Maly y elenco.   

domingo, 12 de junio de 2011

HANNA


Hanna. Belleza Fría
Vamos por partes. Para que esta sea una buena de película de acción y pochoclera son necesarias dos condiciones para el que ve mucho cine de este género:
La primera es ceder su escepticismo a la posibilidad de ver en una película de acción a una nena del tamaño de Hannah Montana voltear a soldados con cuatro piñas y un cuchillo.
La segunda es renunciar a su memoria para recordar películas que se parecen. Para empezar, Nikita (Luc Besson, 1990) desde el punto de vista de la construcción del personaje y Corre Lola Corre (Tom Tykwer, 1998) en cuanto a su estética vertiginosa.
Hecha esta salvedad, Hanna es una película entretenida a la que le sobran algunos minutos de redundancia.
En la primera escena (bien filmada) vemos a la nena en cuestión (Saoirse Ronan) cazando un alce en un inhóspito paraje cubierto de nieve. Flechazo al pecho del animal que cae malherido. Mala suerte para el bicho porque luego ella se acerca y (le) dice: “oia, por poquito no te acerté al corazón” para después sacar una pistola y darle el tiro de gracia (suponemos que al órgano en cuestión). También habrá lugar para que el padre (Eric Bana) entre en escena y se trence a trompada y toma de catch limpia con la nena que por poco no le gana. Todo sirve para contrastar la imagen de la protagonista (rubia, bella, de ojos claros) con la inmutabilidad con la que actúa.
Sucede lo siguiente: Hanna está siendo entrenada desde muy pequeña para convertirse en una asesina fría y despiadada, con el objeto de vengarse de alguien. Aquí es donde la película se ocupa de mostrar el trabajo realizado por el padre para despojar a la protagonista de todo sentimiento y culpa, en definitiva lo que se puede hacer con la mente humana cuando se lava el cerebro. Así la veremos preguntar por definiciones de cosas elementales como la música por ejemplo; aunque el padre le deja despuntar el vicio con un libro viejo de cuentos clásicos de los hermanos Grimm. Nada de celulares, ni chateo, ni andar en bici en una plaza.
Ella siente que “está lista”, entonces una señal satelital develará su paradero para que aparezca el personaje antagonista. Una excelente y preciosa Cate Blanchet. Qué actriz, mamma  mía. Dos gestos y transmite todo. Una mujer que no tiene límites para la versatilidad de los personajes que compone. En fin, cuestión que esta agente gubernamental irá en búsqueda de Hanna y el guión se encargará a su tiempo de develar de qué la juega cada uno.
El guión de Seth Lochhead y David Farr (dos debutantes, prácticamente) irá metiendo una sub-trama para apuntalar la personalidad de la niña en su recorrida por las ciudades de Europa en las que parece manejarse como pez en el agua a pesar de haber pasado todos los años de su vida en una cabaña.
No se debe pasar por alto la excelente composición de la banda de sonido de los Chemical Brothers y la fotografía de Alwin H. Kuchler que mantiene en toda la película un tono nublado que sabe transmitir el clima frío de las locaciones y del personaje.
El director Joe Wright viene de hacer Orgullo y Prejuicio (2005) Expiación Deseo y Pecado (2007) y El Solista (2009). Tres películas cuyo punto en común es el trabajo que se toma para el desarrollo de sus personajes principales. Puedo decir que en este aspecto lo veo solvente pero guarda con respaldarse sólo en esto en desmedro de la credibilidad. Inútilmente, hay un final semi-abierto a la posibilidad de una segunda parte. Sí sólo depende de lo que recaude, estamos listos.

HANNA
(USA, 2011)

Dirección: Joe Wright

Guión: Seth Lochhead y David Farr

Compaginación: Paul Tothill

Fotografía: Alwin H. Kuchler

Música: The Chemical Brothers

Reparto: Saoirse Ronan, Eric Bana, Cate Blanchett, Tom Hollander, Paris Arrowsmith, Olivia Williams y elenco      

KUNG FU PANDA 2


Kung Fu Panda 2. Todos aciertos
La verdad es que esta es de las pocas secuelas en las que se ve que el personaje crece. Va mas allá de los talentos de las voces, Kung Fu Panda 2 puede ser mejor que la primera por varias razones; pero en todo caso no hay elementos que estén un escalón debajo de ella. Quizás, merced al éxito, Dreamworks llegue a agotar esta fórmula como lo hizo con Shrek. Es de esperar que por una vez, Hollywood deje descansar algunas películas y se ponga a pensar que todavía no está todo dicho en función de buscar nuevas ideas. 

La segunda parte comienza con una nueva leyenda de las que abundan en China e involucra a todos. Casi actuando como una liga de la justicia en China, todo el equipo está listo para la acción cuando se lo requiere bajo el liderazgo de Po. Esta vez Tigresa, Mantis, Mono, Grulla y Serpiente deberán cumplir la difícil misión de salvar al Kung Fu de la amenaza de Shen, un pavo real con un arma muy poderosa (el cañón). Hilando muy, muy fino, este grupo de héroes van a otro lado de china en busca de armas de destrucción masiva.
Todo está muy bien dirigido por Jennifer Yuh que no debuta con esta película pero es la primera gran producción que encara. Quizás su vasta experiencia en Dreamworks como animadora le haya servido para tener muy claros sus objetivos con este film.
El guión se las arregla muy bien para extraer las virtudes de la primera y potenciarlas. Sobre todo con el acierto de colocar a los maestros de Po en la primera, en un segundo plano lo que ahorra pérdidas de tiempo en sub-tramas que no hubieran tenido sentido. En este sentido es notable cómo anuncia la historia desde el comienzo y la va desarrollando tal cual sin decaer en ningún momento. Dos elementos están al servicio de esta película. El primero es la prodigiosa animación y dirección artística con momentos espectaculares, como la caída de una enorme torre y tomas que juegan con la luz de atardeceres como si fueran postales.
El segundo elemento es el enorme talento puesto en la animación gestual de los personajes. Evidentemente, la observación de los dibujantes fue minuciosa para con los actores que hicieron el doblaje logrando momentos de mucho humor.  
Kung Fu Panda 2 tiene además una partitura musical muy trabajada por Hanz Zimmer y John Powell mezclando la orquesta de aventuras con instrumentos chinos que pasan al frente en momentos clave.
Hay un lindo mensaje implícito en la historia gracias a una secuencia: Shifu está concentrado buscando la paz interior. Parece todo parte de un gag, pero luego ayuda a concluir en que hay que estar en paz con el pasado de cada uno para poder encarar el futuro. Esto que podría ser considerado como la trama soporte de la película tiene su origen en la necesidad de Po de buscar sus raíces.
También la compaginación de Claire Knight tiene mucho que ver con no quitar ritmo cinematográfico a la acción de toda la película.
La versión en español tiene a verdaderos maestros del doblaje que se adueñan de los personajes y sus gestos con muy buenos resultados.
Quedará para la anécdota de color el estreno de esta película en una versión hablada en Mandarín con subtítulos en castellano exhibida en el barrio chino de Buenos Aires.  
Ya sea que vayan solos o con los chicos el entretenimiento está asegurado.

KUNG FU PANDA 2
Kung Fu Panda 2 (USA, 2011)

Dirección: Jennifer Yuh

Guión: Jonathan Aibel, Glenn Berger y Robert Koo

Compaginaicón: Claire Knight

Música: Hanz Zimmer y John Powell

Supervisión de Animación: Rodolphe Guenoden

Reparto en Inglés: Jack Black (Po), Angelina Jolie (Tigresa), Dustin Hoffman (Shifu), Gary Oldman (Shen), Jackie Chan (Mono), Seth Rogen (Mantis), Lucy Liu (Serpiente), David Cross (Crane), James Hong (Sr Ping), Danny McBride (Jefe Lobo), Dennis Haysbert (Master Buey), Jean-Claude Van Damme         (Master Cocodrilo), Victor Garber(Master Rino)  

Voces en Español de Kung Fu Panda 2: Po: Omar Chaparro, Shifu: Pedro armendáriz, Shen: Sergio Coto, Tigresa: Erika Edwards, Grulla: Iván Mora, Mantis: Raul Anaya, Serpiente: Liliana Barba, Mono: Juan Alfonso Carralero, Cabra adivina: Yolanda Vidal, Señor Ping: Ismael Castro, Maestro Rino: Jorge Santos, Jefe Lobo: Andrés Garcia, Buey Tormenta: Octavio Rojas

martes, 7 de junio de 2011

MUESTRA: Los Mundos Fantásticos de Ulrike Ottinger

Imperdible Retrospectiva de la directora alemana Ulrike Ottinger.

Ulrike Ottinger
Espero llegar a tiempo a publicar esto, al menos para que se den una vuelta por la sala Leopoldo Lugones en el 10º piso del San Martín y comenzar a recorrer con todos los sentidos la capacidad visual de esta artista fenomenal.
Ulrike Ottinger es de esas artistas que de haber nacido en Argentina, hubiéramos conocido tanto en el Parakultural como en Nave Jungla y seguramente habría andado horas por San Telmo y en el Einstein. Una mujer que experimenta con su cine, sin dejar de lado el relato. Pero por sobre todas las cosas, es una cineasta y fotógrafa que todo durante toda su carrera ha sido muy sensible a la marginalidad y a los seres marginales y por eso siempre estuvo un paso adelante para retratarlos. Ella mira la ciudad de noche y el día parece una consecuencia de lo anterior, puede documentar o ficcionar en Oriente o dar su particular visión del lugar que ocupa la mujer en el mundo.

Con la proyección de Retrato de una Alcohólica (1979) y una muestra fotográfica en los balcones el lobby del Teatro San Martín, quedó hoy inaugurada la Muestra, Los Mundos Fantásticos de Ulrike Ottinger.

Lamentablemente algunas obras de los '70 quedaron fuera de la muestra pero hay tiempo hasta el Jueves 16 de Junio para disfrutar de 11 de las casi 30 obras que realizó desde 1973 (siete largometrajes y cuatro cortos). Retrato de una Alcohólica la filmó en 1979 en 16mm y muestra a una Nina Hagen como una mujer que está decidida a viajar a Berlín para llevar su adicción al alcohol a todos los extremos a los que pueda llegar. No es tan lineal el argumento. Hay lugar para todo tipo de simbolismos, la sátira y el grotesco. Por mencionar un ejemplo, durante toda la película las acciones de "Madame" son comentadas por tres mujeres que vestidas de azafatas, van tirando datos estadísticos sobre accidentes de tránsito, alcoholismo y homosexualidad. Hay que verla en el contexto histórico en que fue filmada y los escasos recursos que Ottinger tenía. Para los que lelguen, la última función de hoy es a las 22:00.
Quedan advertidos y aconsejados de que el cine de Ottinger es para abrir la cabeza. No entren a ver Rocky porque van a salir insultando. Según qué película elijan podrán ver cine experimental; narrativo o documental. Ah, y también es cine imperdible.

El resto del programa se completa con: 

Miércoles 8: Freak Orlando (1981)
Jueves 9: Juana de Arco de Mongolia (1989) 
Viernes 10: Doce Sillas (2004)
Sábado 11: Los cortos Superbia (1986), Usinimage (1987), El espécimen (2002) y Ester (2002) mas el Largometraje Exilio Shanghai (1997)
Domingo 12: ideal para el repaso: Juana de Arco de Mongolia, Freak Orlando y Prater (2007)
Martes 14: Doce Sillas
Miércoles 15: Prater
Jueves 16: El Cofre nupcial Coreano

Entrada $12 pesos.

Ulrike Ottinger cumplió ayer 69 años pero el regalo fue para nosotros. A disfrutarlo.

lunes, 6 de junio de 2011

QUE CULPA TIENE EL TOMATE

Mercados en latinoamérica
Buenas, tome algo.
Luego del gran trabajo llevado a cabo por la organización de la XIII edición de DerHumALC y esperando la próxima del DOCA (mas allá de lo que vienen exhibiendo en Artecinema), se siguen estrenando documentales argentinos en el circuito comercial. Qué Culpa Tiene El Tomate es el número 12 en lo que va del año. Esta vez no me gustó.

Todo comenzó con la gacetilla de prensa en la que se ponía de manifiesto que la intención era la de establecer las diferencias que hay “cuando la comida va de la planta a tu mesa sin el Súper en el medio”. Imagínese, en un país en donde justamente esa cuestión de los precios es un tema candente desde hace muchos años, la propuesta no sólo es interesante; sino necesaria.
Demos algo por hecho: el documentalista es, por definición, una persona preparada para tratar de responder con su cámara las preguntas que él mismo se hace. Faltará resolver el cómo, pero ya hay una idea concreta. Sin embargo, esta compaginación de siete visiones sobre un mismo tema llamada Qué Culpa Tiene el Tomate, se queda en el enunciado. Alejo Hoijman (junto a otros seis directores de Perú, Bolivia, Colombia, Venezuela, Basil y España) se juntó con el material filmado y lo armó con un criterio de continuidad tendiente a homogenizar las imágenes de los mercados de frutas y verdurasLa forma elegida es lo que, para mí, le juega en contra a la película y la vuelve terriblemente aburrida y reiterativa. El director  parece pretender una decodificación por parte del espectador para llegar al tema que quiere tratar, en lugar de ir por caminos más concretos, acaso el principio básico del género.
Así, todo queda difuso y monótono con planos y tomas que se van repitiendo de un país a otro sin diálogos ni imágenes que sirvan de contraste para establecer el punto. Excepto por pequeños pasajes en Brasil y en España y un comienzo en Argentina muy bien filmado con algunas metáforas muy interesantes, el resto del material redunda demasiado.
Me da bronca, pero no me gustó.

 QUE CULPA TIENE EL TOMATE
(ARGENTINA, 2011)

Dirección: Alejo Hoijman, Marcos Loayza, Josué Méndez, Carolina Navas, Paola Vieira, Alejandra Szeplaki y Jorge Coira.

Edición General: Alejo Hoijman


jueves, 2 de junio de 2011

BLUE VALENTINE

Ryan Gosling y Michelle Williams. Brillantes actuaciones
Hay algo tan cierto como difuso en esta película. No es una historia de amor; sino sobre el amor y no es una historia sobre la pareja; sino sobre esta pareja. Y lo bien que hizo el director Derek Cianfrance en despojar toda posibilidad de que en este guión pudiera observarse algún nudo obvio.  

Dean (Ryan Gosling) y Cindy (Michelle Williams, nominada al Oscar 2011 por este trabajo) están estancados en la relación que ambos se propusieron y tratando de ver qué pasa con sus vidas. Desde que se conocieron tuvieron un impulso natural que los llevó a comenzar un proyecto más importante. Sobre todo a partir del embarazo de Cindy provocado en una relación anterior. Aquí es donde comienzan a vislumbrarse pequeños datos, pequeños momentos de ese recorrido que hicieron desde que se conocieron y van aportando algunas señales de cómo ellos van encontrando en el otro el complemento de lo que no estaba definido pero que definitivamente faltaba. Lo único que queda bien claro es que si para Cindy, esta relación es un aeropuerto, para Dean es el avión. En algún momento, el recorrido se bifurca. Ella proyecta en Dean un horizonte que él considera inútil, vano y sin sentido. Él por su parte, llegó a donde se lo propuso, que era estar con ella. Y todo esto va consumiendo el poco oxígeno que ambos tienen y que se dieron para sobrevivir juntos a su propia relación y al mundo de clase media.    

En realidad hay tres guionistas en esta película, incluido el mismo director y  entre los tres han tomado una gran decisión: No obligarse a tener que dar respuestas.
Durante toda la película, da la sensación de que estamos siendo testigos de cómo una relación se desintegra por desgaste, mientras observamos flashbacks que nos cuentan algunas situaciones vividas por la pareja. Casi como si revisáramos un viejo álbum de fotos en el que inconscientemente, yo como espectador empecé a buscar un detonante. Algo que me explique por qué esta pareja está llegando a un punto final y terminé admitiendo que esa búsqueda era inútil porque no es de lo que se trata Blue Valentine.

Aquí están los grandes méritos de esta película. Los guionistas nunca hablan de un hecho puntual sino de que hay llamas que están destinadas a apagarse, simplemente eso. Hay relaciones que tienen un final anticipado y otras que cumplen un ciclo, este es el núcleo fundamental que el director usa como una usina para descubrir y desmenuzar la relación hasta llegar a una conclusión tan concreta como efectiva: No hay respuestas para estas preguntas, pero sí hay posibilidades distintas para encontrarlas.

Una película con una gran dirección de fotografía, que apuntala los momentos de mucho brillo en la pareja así como también cambia para diferenciar los opacos. Los temas musicales están en la dosis justa (algunos los compuso Gosling) y la compaginación es muy cuidadosa de no agregar segundos de más.
Pero sin lugar a dudas, son las actuaciones de Michelle Williams y Ryan Gosling, lo que resalta en Blue Valentine. Los trabajos de ambos resultan doblemente meritorios ya que la diferencia entre el presente y el pasado es de sólo seis años. Y esto es mucho más difícil para abordar los personajes y establecer las diferencias de su crecimiento como personas y como pareja. Hay un vínculo actoral muy trabajado aquí. De hecho Gosling y Williams se fueron a vivir juntos para conectarse con los personajes. Supongo que se llama Blue Valentine por el juego enfrentado de las palabras. Valentine hace referencia al día de San Valentin (en donde todo es color de rosa para los enamorados) Blue significa triste. Y es verdad. Esta película tiene una paleta de colores y texturas agridulces.   

Blue Valentine es una película adulta, profunda, que invita a preguntar y replantear las relaciones de pareja cuando se vive bajo una rutina que se alimenta con lo no dicho y las razones que llevan a continuarla. Vale la pena.

BLUE VALENTINE
Blue Valentine (USA, 2010)

Dirección: Derek Cianfrance

Guión: Derek Cianfrance, Cami Delavigne y Jowy Curtis

Compaginación: Jim Helton y Ron Patane

Fotografía: Andrij Parekh

Música: (Sin partitura Original)  

Reparto: Ryan Gosling, Michelle Williams, Faith Wladyka, John Doman, Mike Vogel, Marshall Johnson y elenco.