domingo, 11 de diciembre de 2011

Balance del año parte 3: Latinoamérica, Asia y Africa. Nada de nada

En realidad debería haber empezado por acá. Poniendo una gran señal de alerta sobre qué cine estamos viendo y cuán lejos estamos de poder tener una mirada distinta de latinoamérica y del resto del mundo a través del del séptimo arte.
Si el número de títulos provenientes de Estados Unidos es cuantioso (138 -mas del 45%- y faltan 3 jueves mas) los de Latinoamérica, África, Asia y Oceanía son exactamente lo contrario.
Para que se de una idea, al Jueves 8 de diciembre de 2011 hubo 305 estrenos cinematográficos. Entre las 3 regiones del planeta mencionadas suman sólo 17. DIE-CI-SIE-TE. Menos del 6%. Supongo que no creerá que esta es la cantidad de películas producidas allí verdad?
Esto es lo que digo cuando hablo de la misma oportunidad para el cine de todo el mundo. Y no tiene que ver con si las grandes cadenas no les dan lugar por cuestiones comerciales ¿Sabe por qué?, porque puedo mencionarle no menos de 30 películas norteamericanas exhibidas en el año que fueron un total y rotundo fracaso en la boletería. No pagaron ni los afiches. Imagine entonces si no valía la pena probar con otra cosa porque definitivamente si hablamos de calidad, Hollywood no es ninguna garantía. Puede que el público se deje llevar, pero vidrio no come.
Para colmo de males, no todas las 17 fueron obras maestras así que imagínese. Si en la escasez elegimos mal, estamos listos.
De África una solita. La argelina (coproducida con Francia) Tres hermanos tres destinos, que abarcaba muy bien la historia de tres hombres involucrados en la lucha por independizar Argelia del colonialismo francés. Listo. Es eso. Ahí está el cine africano presente en nuestro circuito. Mah si...!

Asia tuvo mejor suerte en cantidad. De Israel vinieron dos joyitas: Líbano (coproducida con Líbano y Alemania) que se las arregló brillantemente para meterse en la cuatro paredes de un tanque a observar la guerra y Una Misión en la vida sobre un gerente de recursos humanos que está entre lo corporativo y lo humano. La película tahilandesa El hombre que podía recordar sus vidas pasadas, ofrecía una fabula-balada con ribetes budistas. Una película tan lejos de la cultura occidental que sólo podía contemplarse, asimilar algunas tomas de colección y no mucho mas. Al menos así estaba bueno admitirlo cuando se desconoce de qué se trata. Poesía para el alma ofreció lo mas valioso con una historia simple de una mujer que siempre vivió sin enterarse y que trata de escribir poesías mientras transita los primeros síntomas de Alzheimer. De Japón padecimos una horrible película de terror de la saga de Actividad paranormal. Nada mas.

America Latina tuvo mayor cantidad pero no se vaya a creer que fue la panacea eh? Un par de documentales menores y uno brillante (Mundialito). 
Las marimbas del infierno y Alamar ofrecieron una forma desganada de hacer cine disfrazando de documental el deseo de hacer ficción con cámaras que siguen a personajes que en realidad son personas que hacen de sí mismos (independientemente de ser actores o no) en el caso de Alamar, se llevó el premio de BAFICI, lo cual es casi una declaración de principios en cuanto al tipo de cine que se quiere premiar. 
Latinoamérica, Asia y Africa. Sólo 17 films en 2011

Sin dudas la película Latinoamericana del año fue y es la que Chile mandó al Oscar. Violeta se fue a los cielos, basó su historia en la que escribió el hijo de la gran cantante que fue personificada brillantemente por Francisca Gavilán en una de las mejores actuaciones del año. Conmovedorea y bien contada.

Listo. Tres regiones grandes del mundo en unas pocas palabras. ¿Vio que era poco? Le dije, algo anda mal.   

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