domingo, 11 de diciembre de 2011

Balance del año parte 1: Cine de Hollywood y la escasez de ideas

2011. De Hollywood, poco y nada
Buenas, tome algo.

Ante la inminencia del fin de 2011 y luego de varios meses de ausencia por cuestiones profesionales (de mi profesión de actor quiero decir) he de decir que este año he batido mi propio récord en lo que se refiere a cantidad de películas vistas. Esto incluye los 303 de los 305 estrenos comerciales entre circuitos majors y alternativos mas una cantidad adicional cercana a las 100 películas proyectadas en distintos ciclos y festivales.
Caro lector, creo que ha llegado el momento de hacer memoria y balance.

Se me plantea una cuestión de forma para empezar a hablar de cine en este contexto. Los temas son variados  y hay mucha tela para cortar.
Tomé por decisión arrancar esta primera (de tres entregas) con Hollywood porque de todos los lugares en donde se hace cine es el más fácil ya que el país del norte ofreció muy poco para rescatar. Hoy por hoy es un cine ocupado casi exclusivamente en lo industrial lo cual no tendría nada de malo si no fuera por una alarmante falta de buenas ideas o falta de talento para llevarlas a cabo cuando surgieron en cuentagotas.
El azar de las distribuidoras hizo que, por ejemplo, 2011 marcara un récord de estrenos de películas de Woody Allen. Fueron tres: Conocerás al hombre de tus sueños (2010), Mientras la cosa funcione (2009) y Medianoche en París (2011) en ese orden. Afortunadamente los espectadores pudimos ver un orden in crescendo respecto de la calidad. La primera se inscribiría como “una mas”, la segunda es un gran homenaje al Stand Up con un mágico Larry David hablando siendo cómplice con nosotros desde la pantalla mientras Woody Allen volvía a una Nueva York de barrio. Mientras tanto, Medianoche en París es directamente una lección de cine y una carta de amor a la ciudad bohemia con un mensaje a flor de piel contradiciendo la verdad de perogrullo de que “todo tiempo pasado fue mejor” para fijar la importancia de vivir el presente siempre que uno se haga cargo. Todo esto acompañado por un redescubrimiento de Owen Wilson y todos los artistas de la Belle Epoque como fuente de admiración e inspiración. Sigo recordando en brillante momento en el que Owen le da la idea para filmar El ángel exterminador al propio Luis Buñuel y él mismo no la entiende.
El Cisne negro fue sin dudas la película mas jugada en todos los rubros. Una fábula oscura sobre la obsesión del artista germinada en su presentimiento de la oportunidad de su vida y el momento de enfrentarse al público. La música,la fotografía y la compaginación son por sí mismas una obra de arte en sí y la actuación de Natalie Portman me va a quedar en el corazón y en la retina durante mucho tiempo. Verla después en Amigos con beneficios fue casi un insulto a su propia carrera. Supongo que el dinero en ambos casos le habrá venido de maravillas.
La incorrección política de la nueva versión de El Planeta de los Simios: (r)evolución también pudo demostrar que cuando hay compromiso con una idea cinematográfica se puede hacer una película a nivel industrial con un altísimo contenido político-social sin caer dobles discursos y con una estética narrativa propia. Mención especial para el oculto Andy Serkis en el papel de Simon. Sin sus gestos captados a la perfección por la tecnología no sería lo mismo. Igual elogio para el retorno del mejor Steven Spielberg (como productor) en Súper 8. El director de E.T. siempre supo con quién juntarse a lo largo de su carrera. Sobre todo a la hora de delegar. Lo hizo con Donner, Dante y Zemeckis en los '80 y con J.J. Abrahams en esta producción que rescata el cine fantástico y de aventuras como hacía tiempo que no pasaba. Claro, Spielberg es de los pocos directores y productores (junto con James Cameron) que sabe usar los efectos especiales al servicio de la historia. Cuando esto se hace al revés salen híbridos como Suckerpunch, Cowboys y Aliens, Priest o directamente malos productos como El Oso Yogui, Invasión del mundo: Batalla Los Angeles y Rápidos y furiosos 5. Podría destacar Gigantes de acero si no fuera porque los guionistas de El Karate Kid y Rocky deben estar todavía hablando con abogados a ver si se pude considerar el guión como un plagio o sea, vimos lo mismo muchas veces pero sin robots.
Párrafo aparte para Paul. Reinventar el clisé y los lugares comunes fue un gran desafío y bien merece un lugar dentro de un cine más independiente mezclando fantasía con comedia al estilo ALF.
Del género del terror no voy a hablar porque fue una gran decepción tras otra con la excepción de Destino final 5 y Scream 4, pero una vez más: son secuelas.
El sub-género de aventuras basado en historieta sólo tuvo en X-men: primera clase y Thor buenos exponentes. La segunda no es una maravilla eh? Que quede claro, pero tiene algo de relato clásico shakespereano bien llevado por Kenneth Branagh. Lo demás (con Linterna Verde a la cabeza) fue un showroom de obviedades.
¿Comedia? Mmmhh... Sigo. Bueno... Larry Crowne tenía lo suyo.
El cine de animación tuvo mas originalidad y humor. Enredados (claramente lo mejor) junto con Operación regalo, Gnomeo y Julieta, Rio y Kung fu Panda 2 fue lo mejor. Cars 2 decepcionó un poco con respecto al resto de la producción de Pixar y en todo caso debe ser de todas, la que menos merecía una secuela.
En el resto de los géneros la película El Laberinto ofreció un drama genuino y bien elaborado, junto con Blue Valentine como ejemplo de grandes actuaciones al servicio de un guión que se ocupó (y muy bien) de dibujar personajes cotidianos recorriendo el mapa de la desintegración de la pareja. El ganador es una gran película que tuvo en la actuación de Christian Bale el análogo masculino perfecto de Natalie Portman. Otra actuación memorable. Sin dudas, la obra maestra que exede a lo cinematográfico para entrar directamente en la historia del arte conceptual es la maravillosa El árbol de la vida de Terrence Malick. Pocas veces se puede estar ante una obra tan conmovedora que saca lágrimas desde un lugar muy profundo cuando los cinco sentidos están puestos al servicio de la percepción. El cine de Malick no se trata de “sentarme en la butaca a ver qué me dan”. El desafío del arte demanda mucho mas que eso y este es un ejemplo de la capacidad de los artistas de mover el eje de la tierra. 

Nótese que destaco 21 películas (sin estar todas al mismo nivel) de las 138 estrenadas en el año. Supongo que el porcentaje es más que contundente. Si hay alguna más tendría que recurrir a la planilla lo cual habla de productos mas cerca de lo olvidable aunque tuvieran algo para rescatar. A estas 20 sumo tres de los cuatro reestrenos del año. Si es por juzgar a Hollywood, el hecho de que Volver al futuro, El Rey León y El Padrino hayan llevado en promedio mas espectadores que muchísimas de las obras de USA estrenadas, es otra muestra del punto que trataba de establecer al principio de esta reflexión respecto del qué y el cómo en la industria cinematográfica mas costosa del mundo. También se reestrenó Top Gun. Un error anecdótico. Para los tres jueves del año que quedan, hay programados un par de estrenos que de todos modos no modifican el resultado final. Para bien o para mal, el cine norteamericano está en deuda con el espectador. Al menos con aquel al que le gusta “masticar” las cosas solo entre los cuales, me incluyo. Hasta luego.  

2 comentarios:

  1. Iván. coincido totalmente con esta visión respecto a la producción chanqui de este año. Espero el análisis de la prod. argentina ! Ultimamente estoy visitando el Gaumont seguido, y ahora también esta el Cosmos UBA para acercar buen cine al ojo ! Un abrazo enorme, estamos en contacto !

    p.d.: hoy seguro veo El Estudiante, de Mitre.

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  2. Una apuesta de la que no saldrás perdiendo. El Estudiante es un hallazgo. Y está publicado el recorrido por el cine argentino

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