sábado, 27 de agosto de 2011

Balada triste de trompeta (España, 2011)


Dura, fuerte y provocadora. Con Balada triste de trompeta puede ocurrir cualquier cosa excepto pasar desapercibida.

Del fundido negro de los títulos se escuchan risas de niños. Imágen. Madrid, 1937. Dos payasos están en pleno acto de hacer reír. Bombardeo. Los chicos pasan a rostros con miedo y preocupados. Ambos payasos, el triste y el alegre (Santiago Segura), se animan a seguir para provocar nuevamente la sonrisa en el público menudo. Si son los últimos instantes, que sea riendo. De pronto irrumpe un pelotón que recluta al payaso alegre quién machete en mano va al frente contra el ejército franquista hasta que es apresado. Su hijo Javier presencia todo y en una de sus visitas a la cárcel le dice al padre que quiere ser payaso como él. El padre que ya ha visto de todo, baja a su hijo a la realidad y le habla de un destino como payaso triste. Nunca podrá hacer reír a los niños pues no ha tenido infancia. No conforme con eso, le dice que el mejor vehículo para paliar ese dolor será la venganza.
Violencia nacida de la ira contenida. Volvió de la Iglesia
Ya en 1973, Javier (Carlos Arces) se une a un gran circo como partenaire de Sergio (Antonio de la Torre), el payaso alegre con los chicos y a la vez despótico y tremendamente violento en esa pequeña comunidad de artistas. Ambos payasos tienen antecedentes suficientes para ser violentos. Merced al exceso de alcohol, Sergio es un constante volcán en erupción, mientras que los antecedentes duros y dolorosos de Javier, implican una furia contenida y sometida por una vida sin motivaciones. Pero aparece Natalia (increíblemente bella Carolina Bang), una acróbata en pareja con Sergio pero extrañamente atraída hacia la cadencia de Javier.
Este personaje es el que, en un principio, saca lo mejor del payaso triste y a la vez se irá convirtiendo en el sentido de estar vivo. La única esperanza para un destino inevitable: El enfrentamiento de ambos hombres uno por orgullo y el otro por amor a la posesión de una mujer que además despierta sus contradicciones. En este triángulo es donde Alex de la Iglesia traza un paralelo con su visión sobre España. Un país construido con violencia, imposiciones tiránicas, amor pasional y el mismo deseo de libertad y encierro. Todo simbolizado en dos payasos. La alegría y la tristeza, el alivio y el dolor, la certeza y la contradicción. Todas las consecuencias que dejó el generalismo Franco en la Guerra Civil Española. Una herida abierta. 
Desde el lado de la construcción de personajes, el guión los va dotando de suficientes antecedentes profundos como para que sus acciones de extrema violencia tengan absoluto sentido con lo cual, el relato tiene una fuerza inusual sustentada en esos mismos parámetros. La dirección de arte de Eduardo Hidalgo (hijo) junto a la fabulosa fotografía de Kiko de la Rica, remiten a una propuesta bizarra y a la vez barroca. Quizás lo más cercano para tener una referencia sea la estética elegida por Rob Zombie para su película 1000 cuerpos.
Así mismo, hay que mencionar la música como un factor muy importante. La partitura de Roque Baños le da personalidad a cada uno y a la vez los amalgama para toda la película.
Si por algo se llama Balada triste de trompeta, es por la canción interpretada por Raphael en la película Sin un adiós (1971). No tanto por la letra; sino por la interpretación del cantante que, puesta en este contexto, ofrece un matiz muy distinto, casi justificador de la ira con la que está impregnada esta realización. De hecho, el fragmento de Sin un adiós en donde suena esta canción, se ve en dos oportunidades en Balada triste de trompeta. La primera vez, acentúa un estado de violencia de Javier que parte desde un dolor muy profundo y muy sentido. A el le duele estar vivo y Natalia le da tantas razones para vivir como para morir. La segunda vez es parte del santuario en donde se desarrolla el clímax. Un hallazgo.
Alex de la Iglesia ha logrado algo muy difícil como artista. Exorcizar sus demonios con sentido crítico, con rabia y con mucha violencia. Como si su obra más personal fuera más allá del puñetazo en la pared.
Celebro el regreso de este gran cineasta con una película tan personal. Acaso sirva como invitación a conocerlo. 

Balada triste de trompeta
(ESPAÑA, 2010)

Dirección: Alex de la Iglesia

Guión: Alex de la Iglesia

Montaje: Alejándro Lázaro

Fotografía: Kiko de la Rica

Música: Roque Baños

Dirección de arte: Roque Hidalgo

Reparto: Carlos Areces, Antonio de la Torre, Carolina Bang, Santiago Segura, Manuel Tallafé, Alejandro Tejerías, Manuel Tejada, Enrique Villén, Gracia Olayo y elenco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario