jueves, 11 de agosto de 2011

En un mundo mejor (Hævnen) Dinamarca, 2010


La violencia humana en una gran película
Como si quisiera romper alguna especie de récord, llega ocho meses tarde la ganadora del Oscar a mejor película extranjera de este año, En un mundo mejor y por si fuera poco, aún no conocemos dos de las otras cuatro nominadas pues en lo que va del año se estrenaron dos: la maravillosa Incendies de Dennis Villenueve y Biutiful de Alejandro González Iñárritu.

No puedo negarlo: esta película de Susanne Bier tiene con qué competir y justificar su premio.

En un mundo mejor abre con una escena esperanzadora. Llevado por el ejército en un jeep, Anton (Mikael Persbrandt) arriba a una aldea en un país de África. Los chicos del lugar corren detrás del vehículo vivándolo a sonrisa limpia. El les arroja una pelota de fútbol con la que ellos improvisan un picadito. El símbolo de la armonía, el juego y la inocencia. Lejos del mundo de los adultos existen momentos de felicidad. En realidad Antón es un médico en misión humanitaria. Cada tanto viaja de Dinamarca a ese país de África para practicar la medicina entre los mas necesitados y sin quererlo, también presenciar la tremenda violencia que reina en ese campo de refugiados incluido el trato bestial a las mujeres. Terrible pero lejos de casa.
Una vez plantado el punto de partida, conocemos la situación en Dinamarca en donde Elias (Markus Rigaard), el hijo de diez años del doctor comienza a sufrir la separación de sus padres. Por otro lado, Chistian (William Nielsen) de la misma edad, también está atravesando un momento doloroso tras la muerte de su madre además de sentir la lejanía de su padre quién vive de viaje por trabajo.
En la escuela, se establece la relación entre los dos chicos y sus circunstancias. El excelente guión de Anders Thomas Jensen se toma de estos antecedentes para focalizarse en el nacimiento de la ira. La semilla germina en la mente de Elias a partir de su deseo de venganza. Primero por su nuevo amigo, luego por su padre. Y en ese devenir de sentimientos se arrastrarán tremendas consecuencias.
La película va creciendo en intensidad a medida que la notable mano de Susanne Bier  revela los puntos neurálgicos en donde nace la irracionalidad humana. En este aspecto Anton funciona como un ente pacificador dadas las pruebas a las que son sometidas sus convicciones. En un mundo mejor es como una paleta con todos los colores del odio y del resentimiento provocados por la insensatez humana e instintiva. Es una mirada hacia el descuido afectivo que pueden sufrir las próximas generaciones simbolizados en Christian y Elias. Uno resentido por la muerte de su madre y la incapacidad de su padre de sentir dolor, el otro por un constante deseo de aplicar la ley del talión en una sociedad que le está enseñando precisamente ese camino.  
Un film que aborda la difícil tarea de plantear un mensaje de esperanza en un planeta donde la violencia no es solo un factor social, sino definitivamente humano.

En un mundo mejor
(Hævnen) Dinamarca, 2010

Dirección: Susanne Bier

Guión: Anders Thomas Jensen

Montaje: Prenille Bech Christensen y Monter Egholm

Fotografía: Morten Søborg

Música: Johan Söderqvist

Reparto: Mikael Persbrandt, Markus Rigaard, William Nielsen, Trine Dyrholm, Ulrich Thomsen, Kim Bodnia y elenco

Duración: 119 minutos.

Hablada en Danés con subtítulos

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