martes, 21 de junio de 2011

Los Agentes del Destino (The Adjustment Bureau) USA, 2011


La suerte está echada
Si Ud y yo podemos tenerlo claro, el director George Nolfi debería saberlo: el romance y lo esotérico ya fueron combinados alguna vez y es difícil encontrar alguna película que haya funcionado bien, sin caer en los cuestionamientos de las arbitrariedades que necesitan los guionistas para justificar lo inexplicable de su propuesta. Un ejemplo de algo bien hecho fue Ghost –la sombra del amor- de Jerry Zucker. Le puede gustar o no, pero el director sabía que era una historia de amor en un contexto metafísico y ambas características de la historia están bien llevadas pero lo importante siempre fue, qué pasaba con ellos dos. Nunca la película de Zucker se aparta de esto y por eso toda la propuesta es creíble. Porque se tomó la decisión de ir a fondo con una de las dos cosas. El problema es cuando un guionista que aborda estos temas combinados, no se decide por nada.
David Norris (Matt Damon) es candidato a congresista por Nueva York. Tiene mucho talento, ganas y empuje pero no parece estar consciente de su exposición pública. La difusión de una foto de su culo en una fiesta es suficiente para arruinar la elección. Pierde por goleada. Ensaya su discurso de la derrota en un baño del Waldorf Astoria durante un rato, hasta que de uno de los retretes sale Ellise (Emily Blunt). Si, ya sé. No pregunte. Aunque le diga cómo llegó ahí no me va a creer.
De todos modos, la química que se produce entre ellos es instantánea (relamente Damon y Blunt la hacen funcionar), sólo que algunos no están de acuerdo con su futura relación. En la azotea, cuatro individuos con cara de tener poco tiempo, consultan un cuaderno que parece tener todas las respuestas. Ellos no deben estar juntos por mandato divino. Sin mencionar ninguna religión, los agentes se refieren a “El Jefe” como el escritor del destino de todos los habitantes del planeta en desmedro del libre albedrío que se supone nos dio. Ambos conceptos están escritos, pero acá La Biblia importa poco. El cuadernito de hojas lisas y gráficos un poquito más elaborados que el Pac Man, tiene la posta. El agente Richardson (John Slattery), será el encargado del operativo para evitar el amor y explicarle a Norris las razones para que esto ocurra.
De esto le hablaba cuando el romance se mezcla con la ciencia ficción o mejor dicho, esta realidad alternativa.
Vaya a saber si por miedo, desidia o falta de neuronas, el guionista inserta un factor que justificará todas las acciones hasta el final: la casualidad. Parece chiste pero sin esto no hay película.
Como “El Jefe” no les da poderes a los agentes para manejar la eventualidad, ellos deben actuar acorde a la circunstancia con lo cual uno bien puede preguntarse para qué demonios les sirve el cuaderno, pero ya es tarde. Gracias a la suerte, decía, el interesante planteo del sino escrito versus el libre albedrío, nunca llega a desarrollarse y todo seguirá por caminos en donde la inteligencia del espectador no parece importar demasiado.
Genial la aparición de Terence Stamp como uno de los agentes y no hay mucho mas. Me quedó la sensación de haber visto una película que si bien no resulta aburrida, no le quita su condición de híbrido. Si la idea de que el amor todo lo puede alcanza para acreditar todas las decisiones de un guión, habrá que jugar a la quiniela. A lo mejor hasta el 17 (la desgracia) sale por amor.  

Los Agentes del Destino
The Adjustment Bureau (USA, 2011)

Dirección: George Nolfi

Guión: George Nolfi (Basado en un cuento de Philip K. Dick)

Montaje: Jay Rabinowitz

Fotografía: John Toll

Música: Thomas Newman

Reparto: Matt Damon, Emily Blunt, Michael Kelly, Terence Stamp, Anthony Mackie, John Slattery y elenco.

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