jueves, 16 de junio de 2011

Una Misión en la Vida


Grandes actuaciones. Humor para las relaciones humanas
Evidentemente hay puestos de trabajo que desde su nombre o título implican una suposición del conocimiento del mismo. Si yo digo “barrendero”, es muy probable que a todos se nos venga una imagen parecida. Necesitaba este ejemplo para establecer un punto. Si digo “Gerente de Recursos Humanos”, a lo mejor el inconsciente colectivo nos traicione un poco. A priori podemos estar de acuerdo, pero este es un puesto de trabajo que en términos generales siempre genera controversias.  
Claro, el barrendero barre. Para llegar a una discusión más profunda (si es que la hay) deberíamos ahondar un poco más en la función social de este oficio por ejemplo, VER a un barrendero hacer su trabajo contrastado con la propia costumbre de no ensuciar o ensuciarlo todo, etc, etc.
Convengamos que es más simple. En comparación, un gerente de recursos humanos... bueno, cada uno tendrá su propia versión. Incluso el barrendero.
Esta premisa sirve para abordar el brillante tratamiento de esta tragicomedia que el director Eran Riklis decidió para su película Una Misión en la vida.

El Gerente de RRHH (Mark Ivanir) es un hombre cuyo trabajo está prácticamente deshumanizado. Su rutina no pasa de llegar a la oficina, revisar legajos e irse casi sin inmutarse. Eso sí, es un subordinado de confianza en la empresa panificadora para la cual trabaja. Por eso, cuando una empleada ilegal es encontrada muerta por un accidente, deberá enfrentar por pedido de la directora, los cañonazos que la prensa tiene preparados contra la empresa. “Trabajo a inmigrantes ilegales” y “Abandono de persona” son las amenazas de los posibles titulares. No es lo único con lo que deberá lidiar el gerente. Se debe también reconocer el cadáver, armar todo el papeleo y disponer de él ya que, como dijimos, la ex-empleada era también extranjera. No le gusta mucho la idea de poner la cara sin otra compensación que unas gracias por la fidelidad y el profesionalismo. Sin embargo esta circunstancia lo pondrá en un dilema a dirimirse entre cuestiones éticas y morales porque luego de la decisión de llevar el cadáver a su país de origen entran en escena el hijo de la mujer (Noah Silver) y el periodista (Guri Alfi) que se integrarán al viaje.
El guión se encarga de delinear muy finamente la transición que este hombre hosco y desencantado de la vida transcurre hasta llegar al punto de la propia humanización.

Podría dividir en dos la visión humana propuesta por el director. Esta gran película comienza por presentar a un gerente de RRHH perteneciente a una empresa por la que debe dar la cara, para luego virar hacia la historia de un hombre obligado por las circunstancias a sentir y pensar en otras personas.
El guión de Noah Stollman invita a acompañar la transición del personaje principal en tono de tragicomedia, objetivo logrado gracias, entre otros rubros, a las brillantes actuaciones de Mark Ivanir, Noah Silver y Guri Alfi. Brillante montaje de Tova Ahser. Es como si hubiera invertido el tiempo para ver una y otra vez cada toma y darle su duración justa.   
Una misión en la Vida es un viaje con personajes pintorescos que van construyendo con humor un camino hacia el desmantelamiento de la hermética coraza que el gerente construyó alrededor de su personalidad. Una película para reflexionar desde el humor los roles de las relaciones laborales y humanas con un agregado de trasfondo político y social bajo las capas de un guión inteligentemente planteado. Un montón de buen cine.

Una Misión en la Vida
The Human Resource Manager (Israel - Alemania – Francia, 2010)

Dirección: Eran Riklis

Guión: Noah Stollman

Montaje: Tova Asher

Música: Cyril Morin

Fotografía: Rainer Klausmann

Reparto: Mark Ivanir, Reymond Amsalem, Gila Almagor, Noah Silver, Guri Alfi, Bogdan E. Stanoevitch, Julian Negulesco y elenco

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