sábado, 2 de julio de 2011

Transformers 3: El lado oscuro de la luna (Transformers 3: Dark of the moon)


Aburrimiento y espectáculo
Bueno. Tenía que llegar nomás. Uno las ve lejanas al principio del año pero luego la fecha se va acercando y los tanques de Hollywood avanzan a paso firme. Junto con Cars 2 y el final de Harry Potter, Transformers 3: El Lado Oscuro de la Luna es el tipo de producto destinado a la recaudación

En mi caso particular tengo dos formas de abordar las sensaciones producidas por la tercera parte de la saga de Michael Bay.
Una es como espectáculo visual: Son dos horas y media con una superlativa dirección de arte de Benjamin Edelberg, Kevin Ishioka y Richard L. Johnson También un trabajo brillante del diseño 3D (especialmente la escena que ocurre en la luna) y un prodigio de efectos especiales y sonoros que por momentos quita el aliento (toda la escena de la caída de un edificio es un logro de compaginación pocas veces visto). En estos aspectos, Transformes 3 es un gran viaje al asombro.

La otra es como obra cinematográfica: Son dos hora y media interminables. Un capítulo original de Transformers duraba 30 minutos y era largo. Imagínese eso, estirado como un chicle. Ahí es donde la película falla. Está muy bien preocuparse por el espectáculo visual, pero si los rubros técnicos son la estrella en vez de estar al servicio de la historia, se produce el efecto inverso. Uno sale del cine y no se acuerda de qué se trataba la película.

La introducción de Transformers 3 es la primera de las varias redundancias del guión. Optimus Prime nos dice en off, todo lo que vemos en imágenes. Como esas personas que cuentan un chiste y después explican el remate una y otra vez. En Cybertron se pudrió todo y los Autobots pierden contra los Decepticons. Una nave logra escapar pero alcanzada por un proyectil enemigo cae en el lado oscuro de la luna. (Ya que estamos aclaro que salvo la coincidencia con el título, no hay ninguna referencia a Pink Floyd y su disco Dark side of The Moon excepto un mal chiste que escupe uno de los personajes mas adelante) Sigo.
Esta nave es detectada en la década del 60 y el gobierno estadounidense aprovecha para encargarle a Neil Armstrong una misión secreta: Que mientras da un gran paso para la humanidad, se de una vueltita por el lugar donde cayó el artefacto a ver si se puede traer algún souvenir mas interesante que muestras de tierra.
Ya en el presente, los acontecimientos se bifurcan. Se forman dos historias paralelas que tardarán poco en volver a unirse. Por un lado, los Autobots se han vuelto funcionales a al gobierno de los Estados Unidos. Van por el mundo (a Medio Oriente y Europa Oriental) “defendiendo” la democracia. Por el otro, la gente olvidó que Sam salvó al mundo dos veces. Sólo Obama se acuerda y le da una medallita, pero hoy por hoy tiene a los padres de vacaciones y necesita encontrar algún trabajo. Convive con la bellísima Carly (la debutante Rosie Huntington-Whiteley que como actriz es muy linda). Carly tiene trabajo, gana mas y ama a su novio.
Con música de Aerosmith vemos a Sam en un montaje de entrevistas hasta que llega a la oficina de Bruce Brazos (John Malkovich). Un excéntrico gerente de RRHH cuya presencia se justifica por ver al actor delirar un rato. En la misma empresa trabaja un hombre que fue parte del equipo científico que elaboró el informe del viaje a la luna hace muchos años. Todo sucede muy rápido, el hombre se las arregla para entregarle a Sam los papeles que explican todo. Sam decodifica rapidísimo y se da cuenta que los Decepticons están de vuelta lo cual le viene bárbaro para dedicarse a lo que realmente quiere: trabajar para el gobierno con los Autobots. La jefa a cargo (Frances McDormand) se opone, pero aparecerá nuevamente Simmons (John Turturro) para convencerla de lo contrario  
El resto es todo lo que ud imagina.
Transformers 3 se cae porque no tiene sub-tramas que la apoyen. Todo el libreto se estanca en una meseta al punto en el que ningún personaje crece de ahí hasta el final. Es increíble cómo Michael Bay logra dejar cabos sueltos con 156 minutos a su disposición. Nunca se resuelve la situación de los padres de Sam ni la del Sr Brazos aunque no es descabellado teniendo en cuenta que jamás fueron necesarios para la historia. De hecho, las apariciones de actores como Malkovich o Turturro son bastante irrelevantes, al punto de no cumplir ni siquiera con el rol de actores de reparto. Digamos que se secundan a ellos mismos. Obviamente no es su culpa sino del guionista Ehren Kruger que se las arregla para subdividir la película en lugar de plantear historias secundarias. Así por ejemplo, la última hora de la película es un largo e interminable clímax en el cual hasta los diálogos sobran. Así es todo el cine de Michael Bay.
En definitiva, Transformers 3 es una especie de showroom de efectos especiales, visuales y de sonido cuya historia le aporta nada a la saga y por momentos resulta tan pesada como los robots que insisten en pelearse a las trompadas mientras destruyen edificios enteros. Igual no se preocupe por la continuidad. Sabemos que en Estados Unidos trabajan rápido y todo estará reconstruido para la próxima parte.

Transformers 3: El Lado Oscuro de la Luna.
Transformers 3: Dark of the Moon (USA, 2011)

Director: Michael Bay

Guión: Ehren Kruger

Montaje: Roger Barton, William Goldenberg y Joel Negron.

Fotografía: Amir Mokri

Música: Steve Jablonsky

Reparto: Shia LaBeouf, Rosie Huntington-Whiteley, Josh Duhamel, John Turturro, Patrick Dempsey, Rich Hutchman, Frances McDormand, John Malkovich, Kevin Dunn y elenco.

Duración: 157 minutos

1 comentario:

  1. que barbaros en efectos especiales, pero sin ellos la pelicula es un asco, una secuela con una historiasin mucho interes

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