jueves, 24 de febrero de 2011

BIUTIFUL

Un Javier Bardem excelente al igual que el resto del elenco
Buenas, tome algo.
No hay nada que hacerle. Alejandro González Iñárritu ha logrado nuevamente que me ponga a polemizar conmigo mismo sobre su cine. Sus cuatro películas me dejaron siempre sensaciones de bronca, angustia, compasión, inquietud; pero sobre todo me dejaron pensando, elucubrando conclusiones. No es poco mérito para un cine que viene ya todo masticado, tragado y digerido desde Estados Unidos o en cuenta gotas de otros lugares del mundo.
Es difícil encontrarse con directores que abran el juego. Que pongan las cartas en el paño y se animen a desafiarse a sí mismos (y conocerse) y lograr lo mismo con el espectador. Iñárritu es uno de esos directores. Le puede gustar o no. Pero no le va a dar lo mismo verlo o no verlo. La sensación perturbadora que propone en la atmósfera de sus películas persiste. 
En Babel, el núcleo principal era la comunicación. Partiendo de la base del pasaje bíblico, Iñárritu planteaba que la falta de comunicación entre las personas no tiene que ver con el idioma sino con haber llegado a un punto de la civilización moderna en la que la gente ya no se conecta con otra gente, ni siquiera dentro del seno familiar.
En Biutiful, el tema de los idiomas sigue estando ahí presente pero ya no suponen una barrera. Al contrario, la comunicación debe exisitir para poder sobrevivir en esta Zooropa del siglo XXI. Las personas que habitan esta película pertenecen a una España políticamente decadente y desbordada de inmigrantes que intentan llegar a los lugares del mundo en donde todavía hay chances de comer un par de veces al día. Aquí la película se detiene y busca minucusiosamente mostrar esta realidad y por momentos hasta parece querer documentarla mostrando a un grupo de personas de Senegal, otro de China y a la clase media baja como si también formara parte de otra etnia inmersa en la misma realidad con la única diferencia de no correr el riesgo de una deportación.
Javier Bardem (que entrega un trabajo fenomenal) es Uxbal, un hombre del mundo marginal de una Barcelona voraz y que como habitante del mismo tiene tres características: Vive de traficar mano de obra textil barata e ilegal y de transar con la cana la parada de de los senegaleses y sus valijas de artesanías; tiene dos hijos y está separado y por último tiene la extraña capacidad para comunicarse con los muertos.
Sería importante aclararle que hay una diferencia no menor con respecto a sus anteriores películas y es que ya no hay laberintos ni recovecos en la forma narrativa. No hay avances y retrocesos que van uniendo las piezas del rompecabezas. El relato es lineal y a lo mejor es porque esta es la primer película que el director hace sin su guionista habitual, Guillermo Arriaga. Sí, hay un nexo común en las mencionadas características. Un nexo que le va a servir al director para unirlas y es que Uxbal se está muriendo de cáncer.
Este factor es el punto de partida para que comience una intensa búsqueda del perdón. Es un hombre que llegó a un punto sin retorno en el que la redención de los hechos que conforman su vida parece ser lo único que todavía le da algún sentido. La proyección de esta incertidumbre en la vida de sus hijos hace mas difícil el recorrido, pero en definitiva las conclusiones de su vida están claras y sentenciadas. Por eso la única escena familiar es desgarradora, Uxbal no quiere arreglar el mundo a partir de saber su destino, quiere lavar sus culpas. Nada mas humano. Inevitablemente humano
Hay una Barcelona solitaria, cruel, sombría e implacable. Una Barcelona (o Buenos Aires o Berlín o Nueva York) que no está en los folletos y que genera un clima opresivo y desesperanzador gracias a la maravillosa fotografía de Rodrigo Prieto, y la musica de Gustavo Santaolalla. Dos con asistencia perfecta en la filmografía de Iñárritu.
Es verdad que a lo mejor se quiso abarcar mucho y que al rompecabezas, por plantearse armado desde el vamos, le sobran piezas, pero no le quita los grandes méritos que Iñarritu tiene como director. Entre ellos, el tratar de mostrar que la sociedad del mundo actual está enferma y que tenemos que hacer algo pronto.

BIUTIFUL
Biutiful (Mexico / España) 2010

Dirección: Alejandro González Iñárritu

Guión: Alejandro González Iñárritu, Armando Bo y Nicolás Giacobone

Montaje: Stephen Mirrione

Fotografía: Rodrigo Prieto

Música: Gustavo Santaolalla

Reparto: Javier Bardem, Maricel Álvarez, Diaryatou Daff, Eduard Fernández, Ana Wagener y elenco 

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