viernes, 25 de marzo de 2011

AMOR SIN LIMITES (Ondine)

Amor Sin Límites. Fórmula para arruinar una fábula.
Hacía un tiempo que había oído hablar de esta película de 2009 y me preguntaba por qué no se estrenaba en Argentina. Una vez terminada y prendidas las luces de la sala acabé por preguntarme todo lo contrario.

Mi investigación posterior me llevó a buscar en google la palabra “Selkie”, presente en todo el film. Efectivamente la mitología escocesa y nórdica en general dice que una selkie es una suerte de ninfa del mar que tiene el poder de convertirse en humana sacándose la piel y que baraja un par de opciones una vez que esto sucede. Una es que el hombre ante el cual se aparece, se enamore y esconda su piel para evitar que ella se vaya para siempre. Otra es que ella misma vuelva a ponérsela y desaparecer de su vida tan repentinamente como llegó. Sinceramente, una linda fábula para el género romántico.

Lástima que Neil Jordan haya elegido la forma perfecta para destruirla, insertándola en un guión digno del monumento al mamarracho.

Syracuse (Colin Farrell) anda en la mala. Es un pescador escocés en la peor zona de Escocia. Digo es pescador Escocés porque alguien lo disfrazó con un enterito, un suéter, campera, botas de goma, una gorra y de vez en cuando toma alguna pinta de Guiness, por lo demás parece que a Colin mucho no le gusta estar en el set de filmación, como si no viera la hora de regresar a la mansión de California.
En fin, una mañana levanta la red en su barquito y oh sorpresa doble. Saca algunos peces que no obstante haber salido hace segundos del agua, ninguno se mueve. Evidentemente en Escocia nadan ya muertos para no dar trabajo a nadie si caen en alguna red.
Otra que tampoco se mueve es una hermosa mujer que también quedó atrapada y que vaya a saber cuanto tiempo anduvo nadando con sus ex - compañeros. El mira, observa. Pone cara de “¿Habré jugado al Quini esta semana o no?” y la ayuda a  revivir. Muy muerta no estaba tampoco porque los labios los tiene mas rosa que La Pantera o sea que el mito de las frías aguas del norte se terminó y la neblina no era otra cosa que el vapor de esas aguas termales.

Total que la chica en cuestión, que se llama Ondine, le cuenta un poco de la leyenda de las selkies y Syracuse termina creyéndole e invitándola a su casa. Es linda chica y no da para que ande en tarlipes para todos lados. Algo hay que hacer. Syracuse se va al pueblo a ver a su hija a la noche y como no tiene ni Caperucita Roja ni El Principito, no tiene mejor idea que contarle la leyenda que escuchó a boca de pez. La nena parece inválida pero no es. O sea, está en silla de ruedas pero después la vemos caminando por ahí ¿me comprende?. Sigo. 
Le gustó tanto la historia, que se va a la casa del padre a comprobar si el cuento es verdad y para trabar una rápida amistad con Ondine al punto de convencerlo al padre que la leyenda es verdad. Para demostrarlo, Ondine se sube al barco para acompañar a Syracuse y se pone a cantar una canción que produce el milagro total: el pescador saca tal cantidad de peces que uno diría que había una convención de cardúmenes. Es eso u Ondine tiene la frecuencia mental de Aquamán para atraerlos a todos.
Se miran. Me parece que se van a enamorar; pero antes, el pescador va y le compra pilchas a Ondine. Algo tiene que haber a cambio de tanta pesca no? No vaya a ser que use la guita de venta de peces para pasar gastos de alimentación a la ex-mujer o algo así. No es poético.  

Ahora es el turno de Neil Jordan que para mezclar un poco mas el guión con la leyenda, saca de la galera un ruso, malo, muy malo que quiere llevarse a Ondine. Y como es el único factor sorpresa de la película, hay que hacer creer que el también es un selkie o sea una foca macho que va a la costa a buscar a su hembra perdida. Y debe ser foca nomás el tipo; porque su dicción frente a la cámara no está muy lejos de los sonidos que el animal emite.
Ya tenemos dos focas deambulando por el pueblito de Escocia. Un aro con fuego y ponemos el circo completo.
Mientras tanto, Syracuse sigue creyéndose todo lo que la hija le dice. Es el candidato ideal para reanimar la venta de buzones. Lástima no tenerlo acá para sacarle aunque sea el precio de la entrada. Por otro lado, la pesca va bien así que lo que diga la nena es secundario aunque sea la única que se da cuenta del ruso que se pasea por todo el pueblo con cara de pocos amigos. 
¿Y cómo resuelve Neil Jordan todo esto? Tirando el libro de dónde sacó la leyenda y negando en UN diálogo todo lo que contó hasta ese momento total, las espectadoras van a verlo a Farrell en primer plano, qué guión ni ocho cuartos. 
Vea, hace poco leí un volumen de “La bendita Manía de Contar” De Gabriel García Márquez. Una trascripción literal de un taller de guión que el escritor hizo en Cuba. Justo el libro que debería haber leído el director y guionista de esta película. Por cierto, la banda de sonido es realmente buena.

AMOR SIN LIMITES
Ondine (IRLANDA/USA, 2009)

Dirección: Neil Jordan

Guión: Neil Jordan

Montaje: Tony Lawson

Fotografía: Christopher Doyle

Música: Kjartan Sveinsson (Excelente)
       
Reparto: Colin Farrell, Alicja Bachleda, Dervla Kirwan, Alison Barry, Marion O’Dwyer y elenco.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario