domingo, 27 de marzo de 2011

SUCKER PUNCH: MUNDO SURREAL (Sucker Punch)


Propuesta y estética. Una de las dos se diluye
Esteeemmm… Yo… 

No sé como… 

A ver… 

Sucker: Tonto
Punch: Golpe
Sucker Punch (combinadas) es una expresión que podría traducirse como Golpe Sorpresivo, pero el contexto es un poco mas que eso. Se supone que este golpe en particular califica como tonto al que lo recibe por no haber estado prestando atención.

Sabran disculpar si en este momento tengo dudas pero me declaro escéptico en un caso en el que no me queda claro si el sucker punch se lo da uno de los persanjes a otro o el director a mi. Quizás en ambos casos aplica.    

Recién salí de ver Sucker Punch: Mundo Surreal, película que mi instinto la coloca en el lugar de fracaso comercial en cines, para luego convertirse en algo de semi-culto entre los adoradores de fábulas con estética de historieta y que canales como I-sat rescatará dentro de algún tiempo en el marco de ciclos tipo: “música, faso y fantasía”.

¿Por qué fracaso comercial? Porque todo está anunciado como cine pochoclo y se sabe que para este tipo de películas, las metáforas, sinécdoques y demás recursos literarios convertidos a imágenes muchas veces van en desmedro de entregar todo masticado para ganar dinero. Para eso lo llamamos cine pochoclo. Sé que estoy generalizando pero me sirve para establecer un punto sobre este último trabajo de Zack Snyder, el director de 300.

¿Por qué de semi-culto y no de culto a secas? Porque al principio le sobra para serlo y después, a la hora de resolver, le falta.

La situación de un personaje que crea en su mente un universo para salir de una situación que le es adversa no es nueva, sobre todo después de la Alicia de Greg Carroll. Sin embargo hay formas y formas de abordar esta propuesta y el ir a fondo con ella determinará que tan en serio se la puede tomar.
Hay una interesantísima introducción en OFF al principio del film, metafísica incluso, que planta un gran interrogante para entrar en este mundo que se propone desde el cine como lenguaje para llevarnos al teatro y dejarnos ahí: Al borde del escenario para ver cómo una nena que va a ser internada en un manicomio tomará las riendas de su mente para conducirnos a la realidad alternativa que ella crea en función de intentar salir del lugar hacia la libertad. Aunque esta sea incierta. Ahí está la clave porque Babydoll (Emliy Browning),  intentando proteger a su hermana de una segura violación seguida de muerte e impedir que un hombre (su padrastro) despiadado se quede con la herencia de ellas, la mata accidentalmente. El hombre, ni lerdo ni perezoso, la interna alegando locura. Son los primeros 5 minutos.

A partir de ahí, la historia propone una puesta en escena confusa, porque nunca el director se pone de acuerdo en si lo que vemos es el mundo que ella imagina o que él se imagina. Estéticamente no lo discuto, lo que discuto es la excusa con la que se justifica lo que se muestra, porque no hay diferencia entre realidad y ficción, sin embargo todo se plantea desde ese lugar y quizás por eso tampoco funciona el viejo McGuffin de Hitchock, ese elemento de distracción que parece el quid de la cuestión pero no lo es. En este caso es una danza que nunca se ve.

Las actuaciones… bueh… digamos que funcionan. Para esta película funcionan. Y como reflexión inmediata, en mi caso debo decir que ese primer enunciado que me atrapó desde el principio se diluye en veinte minutos y la película cae en redundancias por no haber decidido profundizar la propuesta, pero igual me quedo con algunos elementos para coleccionar. Incluyendo la soberbia banda de sonido de Tyler Bates y Marius De Vries.

SUCKER PUNCH: MUNDO SURREAL
Sucker Punch (USA, 2011)

Dirección: Zack Snyder

Guión: Zack Snyder y Steve Sibusha

Montaje: William Hoy

Fotografía: Larry Fong

Música: Tyler Bates y Marius De Vries

Reparto: Emily Browning, Abbie Cornish, Jena Malone, Vanesa Hudgens, Jaime Cheng, Scott Glenn y elenco.     

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