miércoles, 30 de marzo de 2011

UN CUENTO CHINO y EL ABISMO...TODAVÍA ESTAMOS


Gran química de Darín-Huey en una buena comedia
Habitualmente veo todas las películas antes de que se estrenen, pero además suelo seleccionar una o dos por semana que vuelvo a ver pero ya estrenadas para poder tener la oportunidad de sentir la atmósfera que genera una sala llena. Por eso es difícil a veces, llegar a ver todas a tiempo, pero desde chico tengo esta extraña sensación de que me falta algo si no lo hago. Por una razón u otra, llegué a ver Un Cuento Chino y El Abismo un par de días después de su estreno y esto me permitió disfrutar las proyecciones con público. Realmente la perspectiva cambia porque el único compromiso que tuve y tengo como espectador es con la pantalla pero no es lo mismo la percepción con una sala llena. Así que me fui a un shopping y al Gaumont a ver ambas el mismo día. Como en los viejos tiempos de maratón de cine.

No quiero preguntárselo al director, porque me gusta mantener la fantasía de que Sebastián Borensztein, efectivamente estaba un día desayunando y leyó una noticia tan insólita que le sirvió como inspiración para conectarla con Argentina y con la idea de plasmar un choque de idiosincrasias.

Roberto es un hombre que ya está resignado a su destino. Tiene planificada su vida de una forma tan meticulosa que hasta el reloj sirve como excusa para auto-imponerse la disciplina de estar vivo. Desayunar, abrir la ferretería, controlar la cantidad de tornillos que le entregan los proveedores, cerrar, cenar y dormir. Es todo lo que hay y todo lo que quiere. Imagine alterar semejante rutina intentando ayudar a un chino al que conoce casi por casualidad y que cae en Argentina sin saber una palabra de español y que necesita ayuda.

Pero el director no se conforma con esta rutina. Y lentamente va explorando junto a nosotros hasta meterse en la mas cruda intimidad de Roberto, bien interpretado por Ricardo Darín. Un cuento Chino tiene una mirada tan clara sobre nuestras formas y costumbres que la pantalla por momentos pareciera proyectar un espejo y la historia va cobrando un volumen de valores que excedieron todas mis expectativas. Es mas, no hay un solo gag que no nos refleje como sociedad, realmente valió la pena.

Mas tarde bajé del subte en Callao y me fui al Gaumont.

Uno de los símbolos de la dictadura en El Abismo...
El Abismo…Todavía Estamos, sin proponérselo tiene un punto de conexión con Un Cuento Chino, sobre todo en lo histórico pero no es algo que voy a revelar aquí. El comienzo y el final de la película propone desde lo estrictamente documental, entrar en la versión ficcionada de una de las tantas historias trágicas que vivieron los desaparecidos de la última dictadura militar poniendo el acento en el robo de bebés y la eterna búsqueda de la identidad.
Este es el valor absoluto de la película y es una de esas que por su simpleza narrativa debería servir como plataforma educativa para que los chicos revisen nuestra historia reciente y puedan decidir profundizarla. Cinematográficamente, esa simpleza cae en algunos desaciertos que dejan otro tipo de sabores en los que prefiero no profundizar porque no quiero que se diluya lo que pude rescatar, que es la necesidad de que se vea, se haga y se diga más sobre este tema.

Dicho todo esto, vuelvo sobre un punto que apenas dejé entrever antes. Fue una coincidencia seguramente, pero las consecuencias del proceso de reorganización nacional han calado tan profundo en nuestra sociedad y nuestros artistas, que aunque se quiera, nunca se va a poder evitar que esté ahí presente. Implícita o Explícitamente. En nuestra forma de hablar, de mirar, de evitar decir… La última dictadura nos cambió para siempre a todos y a las próximas generaciones. Lo que somos hoy está ahí, en la sutileza de Un Cuento Chino y en la crudeza de El Abismo…Todavía Estamos. Sea como sea, yo prefiero que nuestro arte me de todos los espejos que tenga. Aunque no me guste lo que refleje, pero así a lo mejor tengo la posibilidad de cambiarlo. Seguro que eso es mejor que hacerle caso a un mundo que me dice que es mejor mirar a la pared.

UN CUENTO CHINO
ARGENTINA, 2011

Dirección: Sebastián Borensztein

Guión: Sebastián Borensztein

Montaje: Pablo Barbieri Carrera y Fernando Pardo

Fotografía: Rolo Pulpeiro

Música: Darío Eskenazi

Reparto: Ricardo Darín, Muriel Santa Ana, Ignacio Huang, Pablo Seijo y elenco

EL ABISMO… TODAVIA ESTAMOS
ARGENTINA, 2011

Dirección: Pablo Yotich

Guión: Pablo Yotich

Montaje: Jesica Latorre

Fotografía: Sandra Grossi

Música: Victor Heredia

Reparto: Agustina Posse, Mabel Pessen. Nicolas Condito, Juan Palomino, Alejandro Fiore, Raul Rizzo y elenco

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