jueves, 21 de abril de 2011

EL HOMBRE QUE PODIA RECORDAR SUS VIDAS PASADAS


Una fábula / leyenda sobre la que está bueno saber antes
Que increíble. 
Mire que he visto cosas raras en cine pero como esta...
Yo no diría que voy a cometer un sincericidio en este momento, mas bien me gusta pensar que las próximas líneas son para establecer un vínculo de confianza entre UD y yo.
Mi tío me dijo una vez, que si no sé algo, la mejor manera de empezar a aprenderlo es admitiendo que no lo sé.
Sin entrar en cuestiones filosóficas que no vienen al caso, la película El Hombre Que Podía Recordar Sus Vidas Pasadas, superó claramente mis conocimientos, al punto tal de reconocer que hay miles de simbolismos, tanto visuales como auditivos, y por ahí sé cuales son, pero no tengo idea de qué quieren decir.

Para entender esta película, mi instinto me pidió indagar en fábulas tailandesas (o de Laos o Camboya) por un lado y leer sobre budismo por otra. Aunque sea algún libro para principiantes.
El mismo instinto me dice que sin esa información básica, comentar esta película sería una falacia. Sería mentirle descaradamente porque Ud va a pensar que estoy hablando con fundamento y créame: hay, en este medio (como en todos), mucho chanta que va a tratar de desviar su atención poniendo énfasis en otros aspectos sin ir al grano.

Así que yo voy al grano:

No entendí casi nada de El Hombre Que Podía Recordar Sus Vidas Pasadas; pero la vi. Completa, entera. No me perdí ni un fotograma y puedo, con mi escaso conocimiento, decir que, A MI ENTENDER, se trata de un hombre que sabiendo que se va a morir (y supongo que porque cree en la reencarnación), empieza a transitar el camino hacia su próxima vida yendo al lugar en donde se inició la primera de todas (porque puede recordar sus vidas pasadas).
Mientras tanto, con lo que queda de su familia, mas el fantasma de su esposa y una criatura en la que mutó su hijo; va cuestionando su pasado en busca de entender su karma. Y hacia el final hay un cuestionamiento al budismo por parte de un joven monje que lo que quiere es menos claustro y rezo, y mas comida chatarra y música pop.

Ahora bien, si UD tiene un conocimiento básico de la cultura tailandesa y budista, sabe mucho más que yo y podrá decir que no entendí un pepinillo sin que yo oponga resistencia. En todo caso (y con mucho gusto), me sentaré en su mesa del bar y escucharé atentamente a lo que tenga que decir.  

Voy a lo visual (acá sí puedo comentar con un poco más de fundamento): Salvo que sea un problema de la copia que vi, la dirección de fotografía es, como mínimo, deficiente.
Las tomas-secuencia son largas, propias de un cine que intenta contar en imágenes mas de lo que estas pueden transmitir, son eso: largas.
Por otro lado, hay una escena hipnótica que es la de la criatura / mono que aparece como una sombra en medio de la selva. Un mérito de la dirección de arte.

De los actores no puedo decir mucho ya que no sé lo que están interpretando, pero tengo la sensación de que las acciones que realizan tienen una impronta muy natural y que eso le aporta a lo que se cuenta.

Admito que todo lo que tengo para decir es esto y que me da bronca no entender una película; pero la idea es sincerarme con Ud, caro lector, y no pretender esconder lo que no sé detrás de un montón de datos que no dicen nada. También me reconozco intrigado y que apenas sepa algo mas, aunque sea en muy breves líneas, lo voy a ir aportando. A su salud.
Punto.

EL HOMBRE QUE PODIA RECORDAR SUS VIDAS PASADAS
Loong Boonmee raleuk Chat (TAILANDIA, REINO UNIDO, FRANCIA, ALEMANIA, ESPAÑA y HOLANDA, 2010)

Dirección: Apichatpong Weerasethakul

Guión: Apichatpong Weerasethakul

Montaje: Lee Chatametikool

Fotografía: Yukontorn Mingmongkon y Sayombhu Mukdeeprom

Música: (sin partitura original)

Dirección de Arte: Akekarat Homlaor

Reparto: Thanapat Saisaymar, Jenjira Pongpas, Sakda Kaewbuadee, Natthakarn Aphaiwonk, Geerasak Kulhong y elenco.

1 comentario:

  1. Hace algún tiempo un británico se puso a reflexionar sobre el hombre que había vendido al mundo. Tiempo después esta misma filosofía se reencarnó en Seattle y sonó bastante diferente. Más tarde, un niño muy exitoso decidió que ya era un joven y no dudó en reconocer que sabía demasiado. Y ahora este otro hombre dice que puede recordar vidas pasadas. Me tocó vivenciar la misma película y creo que el mero desconocimiento de la cultura oriental por parte de los argentinos en general hace que esta película no debería ser estrenada en nuestro país. Nosotros podemos entender lo que significa "vender el mundo" en esta sociedad capitalista, también podemos entender lo que es ser un joven y "saber demasiado", sin embargo nadie entenderá lo que es "recordar vidas pasadas". Disculpen, los dejo, suena un tema de Bowie por los altoparlantes.

    ResponderEliminar