jueves, 14 de abril de 2011

PRUEBA DE AMOR (The Greatest)


Hola, ¿Cómo le va? Tome algo.

La palabra melodrama se utiliza convencionalmente para describir una obra cuya única intención es la de provocar lágrimas en el publico que la lee, escucha o ve. En el caso del cine, todos los diálogos, acciones y formas de actuar de los personajes van preparando una suerte de base para que cuando se vayan atando los cabos y se llegue al climax, el espectador deje correr el agua salada por los ojos o, si le da vergüenza llorar en público, tenga la suficiente cantidad de nudos en la garganta como para sostener al Titanic sin que se hunda.
Tiene que haber un guionista muy vivo (Y migré ha dado cátedra de esto) que se nutra de todas las miserias humanas posibles y un director mas vivo aún, que las sepa convertir en imágenes convenientemente editadas con la música y la fotografía porque saben que el espectador despistado tendrá como axioma que si lloró, es buena
Prueba de Amor. Para llorar...por la falta de cine

Yo le digo como pasó todo en este caso: Shana Feste, la guionista y directora de esta película, prendió un sahumerio y mientras bebía de a sorbos su Chardonnay sentada en el sillón de su living, hizo la siguiente lista:   
“Una familia con hijo adicto a las drogas es un drama; otra familia cuyo hijo muere en un accidente automovilístico también; otra familia que no puede superar una circunstancia adversa y se desintegra, también es un drama; un padre de familia que sufre un ataque cardíaco, obviamente; y una nena que queda embarazada soltera, cuya pareja murió y además es hija de padres separados con una madre alcohólica, Ni hablar… ¿Y si lo junto todo?! ¡Hehehe!”

Viva como el hambre esta chica Shana Feste. Le apuesto lo que quiera que en la mesita de luz de esta guionista desborda la colección completa y traducida de Corin Tellado.

Por suerte, ya curado de espanto en muchos años de ver de todo, pude estar más avivado o al menos con un olfato más agudo.

El púber, Bennet Brewer (Aaron Jonson) acaba de… “Hacer suya” a su novia Rose (Carey Mulligan).
Dos minutos después (y no es un eufemismo) se produce la escena disparadora de Prueba de Amor. El joven, que no parece más distendido después del acto, está en el auto con su novia. Se miran, se sonríen cómplicemente, se toman la mano. Se nota que se quieren. De repente, él detiene su marcha en el medio, repito: en el medio del camino para decirle algo re-importante, que no puede esperar ¿Me sigue? o sea, se lo tiene que decir ya aunque se le vaya la vida en esto.
En ese momento se produce la única línea de diálogo coherente en 99 minutos de película. Ella le dice algo así como: “Todo bien, decime lo que quieras pero, ¿podes estacionar en la banquina?”
La respuesta del ex–virgen es bastante concreta: “No”, dice.
Lógicamente a partir de ahí, todo se va a la… banquina. Todo excepto el auto, que es fulminado por una camioneta con un estruendo que deja el efecto de sonido de cualquier escena de Star Wars como si hubieran sido editados para una radio AM. Del muchacho en cuestión no queda mucho: pero sirve para que veamos quién es quién en el velorio. Aparecen todos los personajes incluido el hermano menor que jura que estaba drogado ese día de tanto dolor pero, por la cara, para mí que se quedó dormido y llegó tarde al set de filmación. 

Cuestión que comienzan a desarrollarse todos los (melo)dramas de la lista que le hice antes y algunos mas que parecen conflictos aislados y que en algunos casos resultan risueños. Por ejemplo, la madre (Susan Sarandon) que no deja, ni de llorar ni de recriminarle a su marido (Pierce Brosnan) que no llora nada.
Por cierto, la escena en la que el padre finalmente rompe en llanto es para recortarla e insertarla como sketch en cualquier emisión vieja de Los Muppets

La banda de sonido, escuchada por sí sola, supera como obra a la funcionalidad que tiene en esta película y la dirección de fotografía no termina de ser homogénea. En las escenas de interiores parece que todo el tiempo es otoño pero cuando salen al patio el sol raja la tierra.

Los trabajos de los actores son para que cada uno lo agregue a su currículum aunque hago una mención especial a Carey Mulligan que el azar hace que esté en otra película en cartel en Argentina al mismo tiempo (Nunca me Abandones). Entiendo que esta actriz va a entregar buenos trabajos en el futuro inmediato si decide bien qué contrato firmar y cual desechar.

Lo último: todavía estoy tratando de saber cual es la “prueba de amor” que se sugiere, pero el título en inglés (The Greatest) tampoco tiene mucho fundamento.
Yo creo que si una película tiene la intención primaria y única de emocionar o atacar la sensibilidad del espectador, jamás va a lograr ser profunda. Es un melodrama por definición así que Si querés llorar, llorá.  


PRUEBA DE AMOR
The Greatest (USA, 2009)

Dirección: Shana Feste

Guión: Shana Feste

Montaje: Cara Silverman

Fotografía: John Bailey

Música: Chistophe Beck

Intérpretes: Carey Mulligan, Aaron Jonson, Pierce Brosnan, Susan Sarandon, Johnny Simmons y elenco 

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