viernes, 15 de abril de 2011

LOS MARZIANO


El gran desafío de retratar las distancias
Dado el pasado estreno de Revolución, esto parece una coincidencia; pero aislando el contenido de Los Marziano, sigo teniendo la sensación de que hay una decisión errónea en la forma de difusión de la película.
Tanto en el afiche, como en el trailer se ofrece una cosa que la película en sí no tiene. Demasiado riesgoso en un cine Argentino que tiene un paso lento en la acepción de los espectadores. Porque una vez oscurecida la sala, eso que se vio atractivo en el trailer después no sucede

No se trata de si está bien o mal hecha, tiene que ver con la venta de lo que se hizo y en este aspecto, una película argentina puede salir favorecida o perjudicada según las ganas del público de darle una chance a la espantosa, ridícula, obtusa, cerrada y remanida frase: “yo cine Argentino no veo”.

A ver…

Esto pasa en todo el mundo, también en USA, pero a diferencia de nuestra industria, ellos tienen miles de posibilidades de reivindicarse durante el año.
Esta etapa del cine Argentino es demasiado de autor todavía como para no estar atento a un trailer. O al menos como para que un trailer sea tratado como un tema menor. Ojo, nobleza obliga, sabemos que muchas veces, el contenido de un trailer no depende del director.

Lo que se ve en el caso de la campaña de difusión de Los Marziano es una posible comedia con Guillermo Francella y más aún en la superficie, una comedia “Francellesca”, con todo lo que eso significa a favor en las boleterías; lo digo porque justamente, la película es todo excepto una comedia “A-la-Francella”.

Viviendo en lugares muy distantes uno de otro, Juan (Guillermo Francella) y Luis (Arturo Puig) hace mucho tiempo que no se hablan y además evitan hacerlo. En adición a que tienen una forma diferente de ver y vivir la vida, Juan le debe mucho dinero a Luis o por lo menos una cifra que se adivina difícil de saldar. La distancia no es sólo de kilómetros, como se puede apreciar. Delfina (Rita Cortese) trata de mediar entre ellos pero sin demasiado éxito, aún contando con la complicidad de su cuñada, la mujer de Luis (Mercedes Morán). Pero será la hija de estos, la que funcione como catalizador al querer festejar su cumpleaños e invitar a su tío a pesar de él y de su papá.
Dentro de todo este contexto, cada uno vive sus propios problemas. Juan tiene problemas en la vista, Luis se quiebra un brazo jugando al golf al caer en uno de los tantos pozos que supuestos vándalos cavan en el country en donde vive; y así otro tanto con otros personajes que van abriendo subtramas que a veces no quedan resueltas. O mejor expresado en la conferencia de prensa, pasan al plano de “lo no dicho”. Escasa excusa que, para quién escribe, es un error conceptual en la construcción de un guión. Una cosa es dejar un final abierto y otra muy distinta, dejar cabos sueltos. De esos que abundan en Los Marziano.   

Da la sensación de que hay, en la directora y guionista, una búsqueda de plasmar los vínculos familiares y sus intrincados vericuetos a partir de aceptar que cada uno de los integrantes, independientemente de su condición social, vive con sus propias miserias y frustraciones. Es innegable que esto se logra pero juega mucho al filo con este recurso del que hablaba antes. El discurso de “lo no dicho” le cabe a cualquier arte, pero en cine es más difícil esa propuesta, sólo por el hecho de existir el montaje. Porque con todos los recursos expresivos que tiene el 7mo arte, “lo no dicho” va en desmedro de lo que se puede “dar por entendido”. Una respuesta que no se da en un diálogo, así como un plano detalle, pueden torcer el rumbo y el destino de una película (vean El Ciudadano Kane si no).
Por eso la puesta en escena en el teatro es crucial y en el cine es un arma de doble filo. Porque la decisión de los planos en cine sí o sí tiene que aportar. Contar algo. No pueden ser un mero decorado estético. El plano detalle de un cigarrillo consumiéndose puede decir muchas cosas. ESO, depende del director. Y más aún si es guionista.  
Por otro lado, la dirección de actores en esta película juega un papel fundamental y claramente Ana Katz supo dirigirlos a todos. Todos tienen buenos trabajos y la directora, que viene del palo del teatro, sabe muy bien que el vínculo es fundamental y por esta razón, Los Marziano funciona bien.

La música es una pequeña joyita que apuntala gran parte de las escenas y la fotografía está acorde con la propuesta. Hay un gran trabajo en exteriores con este rubro. 

Aún con todo lo que me permito señalar y siempre recordando que una crítica o un comentario, es la única razón que NO hay que tener en cuenta para decidir ir a ver una película le digo: Vaya a verla, después vuelva a leer y hablamos.

LOS MARZIANO
Los Marziano (ARGENTINA, 2011)

Dirección: Ana Katz

Guión: Ana Katz y Daniel Katz

Montaje: Andrés Tambornino

Fotografía: Julián Apezteguia

Música: Sebastián Kramer y Nicolás Villamil

Reparto: Guillermo Francella, Rita Cortese, Arturo Puig, Mercedes Morán, Rebeca Deering y elenco.

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