viernes, 27 de mayo de 2011

INCENDIES (Canadá/Francia, 2011)

Buenas, tome algo.
Para no caer en adjetivaciones obvias que pueden condicionarlo si de casualidad va a verla, le voy a decir que mientras los créditos subían al infinito, pasé un rato largo sin hablar.
Masticándola, pensándola, rumiándola… dejando que las imágenes con las que me quedé se impregnen en mi memoria. Como si uno viera una tela que le gusta y luego de palparla un rato necesitara alargar el lienzo del rollo un poco mas para sopesarla y comprobar que, efectivamente, tiene lo que uno supuso y más.

Hay películas en la historia de cada persona como espectadora o espectador, que se arraigan tan fuertes en el corazón que resulta difícil disociarlas de uno. No importa su valor como obra cinematográfica. No importa si ganó premios o si la crítica la hizo polvo (ésta estuvo nominada al Oscar este año). Lo que importa es que esa obra quedó para siempre ahí. Aferrada a la maravillosa singularidad que tiene el alma. Esa que se resiste a cualquier análisis. A uno le garpa y es suficiente razón por la cual insisto como desde el principio, que la única razón que NO hay que tener en cuenta para elegir ver una película es la opinión de un crítico.
Sucede también que uno se fanatiza y pierde objetividad, así que he decidido que en lugar de la vehemencia voy a usar la reflexión, simplemente para que no le pase de leer esto, salir corriendo a ver una obra maestra y luego se acuerde de toda mi familia por exceso de expectativa.

Incendies. Película y actuación brillante
La exploración sobre el comportamiento humano tiene muchas aristas. En el caso de escribir el guión de una película una de las virtudes mas importantes que se puede aplicar es la de tener muy claro qué parte se está queriendo exponer. El cómo, la puede convertir en una obra de arte.
El director Denis Villenueve dedicó su película a desgranar y desmenuzar una historia para convertirla en un rompecabezas de 10 piezas que, una vez puesta la última (y sólo una vez puesta la última), mostrará el costado mas bestial y primitivo que tiene el ser humano que por tener uso de razón, es aún más violento y salvaje que cualquier animal. Esto de que “El hombre es el lobo del hombre”
Pero para llegar a este punto, habrá que buscar y hacerse cargo.

En Canadá, dos gemelos, Jeanne Marwan (Mélissa Désormeaux-Poulin) y Simón Marwan (Maxim Gaudette) están sentados en el despacho de Jean Lebel (Rémy Girard), el escribano de la familia y además empleador de su difunta madre. En la lectura del testamento, la madre, Nawan (Lubna Azabal) les otorga el uso de sus bienes no sin antes cumplir con una última voluntad. Ella debe buscar a su padre (a quién creían muerto) y él de be buscar a su hermano, cuya existencia ambos ignoraban. Después de semejante shock, Jeanne parte hacia medio oriente mientras que Simón se niega rotundamente a semejante sometimiento.
A partir de aquí, comenzamos a conocer cada una de las piezas del rompecabezas que el director armó. Cada pieza tiene un nombre y están relatados en un montaje paralelo: en tiempo presente (la búsqueda) y en flashbacks (la historia de la madre). En una de estas piezas, nos damos cuenta de que los que estamos buscando somos nosotros.
El que ocurra en Oriente Medio con países enfrentados funciona como contexto. Pronto vemos que no es una película sobre este tema y la búsqueda comienza a cobrar cada vez más profundidad. Por eso el lugar en donde ocurre sirve como agregado de culturas; pero es la identidad lo que se perdió, lo que nunca estuvo y la que en un momento clave al principio, se define como una fórmula matemática con regla de probabilidades incluida. Todo puede pasar para una mente naturalmente calculadora pero también se cita uno de los planteos matemáticos jamás resueltos como parte del resultado.

Me muero de ganas de compartir con Ud todo lo que me paso con cada escena de la película pero tendría que contársela y pierde la gracia de SU búsqueda. Sí le puedo decir que difícilmente pase desapercibida por sus sensaciones. Se llama Incendies porque hay dos incendios que marcan claramente un cambio en la vida de Nawan. Una vez terminada de ver, todo cobra mas fuerza.

La suma total da que la música es demoledora y la elección de los dos temas de Radiohead probablemente esté dentro de lo mejor que he escuchado para climatizar las imágenes, además de la partitura original. La compaginación de Monique Dartonne y la fotografía de André Turpin logran momentos de colección y como nunca el guión y la dirección están al servicio de hacer cine en serio.
Denis Villenueve sabe contar y enriquecer el texto cinematográfico.
En el rubro actuaciones tengo que decir que todos están excelentes; pero lo de Lubna Azabal es directamente otra cosa. Su trabajo es fenomenal. Nunca voy a olvidar a “La Mujer Que Canta”.

En estos tiempos en los que Argentina también está en una búsqueda de identidades para cerrar las dolorosas heridas del pasado, Incendies tiene un agregado inconmensurable. Incendies es mucho para el corazón y para el cine ni hablar. Para quién escribe (para mí), una obra maestra.
Que la disfrute.

INCENDIES
(CANADA-FRANCIA, 2010)

Dirección: Denis Villenueve

Guión: Denis Villenueve (con la colaboración de Valérie Beaugrand-Champagne y basado en la obra de Wajdi Mouawad)

Montaje: Monique Dartonne

Fotografía: André Turpin

Música: Grégoire Hetzel

Reparto: Mélissa Désormeaux-Poulin, Maxim Gaudette, Rémy Girard, Lubna Azabal, Abdelghafour Elaaziz, Allen Altman, Mohamed Majd y elenco

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